Un paso adelante

Los estereotipos limitan nuestro pensamiento. Si hacemos algo una y otra vez, acaba siendo normal

Hasta que no leí la columna de Almudena Grandes no había reparado en lo que ella denomina un micromachismo. Viajo a Sevilla con frecuencia. Hace meses Sanitas empapeló de suelo a techo el largo pasillo que se abrevia con una gran cinta trasportadora que desemboca en la subida para coger los taxis. Aquella campaña me parecía sensacional. ¡Qué dineral!¡Pedazo de despliegue!¡Qué buen avance para atender al cliente! El hecho de que desde tu casa, calle, puesto de trabajo o el extranjero puedas hacer un Facetime (videoconferencia) con tu médico y éste te resuelva las dudas por teléfono parece comodísimo. Pero no había reparado en lo que a unas personas les puede parecer una tontería y a otras un micromachismo. Cuento los ejemplos que se ofrecen en las paredes del AVE, en Madrid. En un cartelón un señor le dice a una doctora: "Tengo la analítica en la app. Tú también la ves, ¿no?". Un par de metros más adelante una mujer le pregunta a su doctor, siempre por el móvil: "Está en la cuna durmiendo. ¿Le llamo entonces si le vuelve a subir la fiebre?" Otro más. Un joven empresario que llama a su doctora por Facetime le dice: "Tú conoces mi historial, prefiero consultarlo contigo aunque esté fuera". Un ejemplo más. Una chica llama a su doctor: "Sí doctor, es un pequeño lunar, se lo pongo en pantalla". ¿Se ha dado cuenta? Puede que aún no. La cuestión es tan sencilla como reveladora. Los pacientes tratan de usted a los doctores y de tú a las doctoras. Supongo que en tan magna campaña habrán trabajado durante mucho tiempo numerosas personas entre las que habrá hombres y mujeres. Lo curioso es que haya llegado a colocarse en las paredes donde hay miles de gentes fluyendo a diario y no se haya evitado, antes, esa nimiedad que es una gran montaña por superar. Incluso ofende por humillante y peor aún, por despiste e interiorización de semejante defecto. Si todo un equipo comercial no ha reparado en ello es la demostración de que esa diferencia de trato de tú a usted está tan estereotipada como preocupante. Los estereotipos limitan nuestro pensamiento. Si hacemos algo una y otra vez, acaba siendo normal. Si vemos una cosa, una y otra vez, acaba siendo normal. Me gustaría preguntar, y lo haré, si las doctoras son tuteadas ,o no, en las consultas y lo compararé con los médicos. Soy consciente de que muchas doctoras se muestran estrictas en sus tratos personales para tener que ganarse el respeto de los pacientes. Otro pasito más que debemos corregir entre todos.

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