Con paso firme

La confianza y el impulso de los malagueños está permitiendo romper con muchos mitos y leyendas

Estos días hemos conocido parcialmente los niveles de exportación de la provincia de Málaga en el pasado año. Y, hasta noviembre, ya superó los 2.000 millones de euros, rompiendo todos sus récords históricos. Sin duda, la confianza y el impulso de los malagueños está permitiendo romper con muchos mitos y leyendas acerca de su capacidad de trabajo, y en esto debemos sentirnos gratamente orgullosos.

Entre los indicadores más sorprendentes, cabe recordar que nuestra provincia es la más pequeña en extensión y, sin embargo, ha superado los 1.000 millones de euros en bienes agrícolas exportados. Esto indica un nivel de productividad acorde con la modernización tecnológica vivida en los últimos tiempos. Con la apertura en breve del Instituto de Investigación en Hortofruticultura del Centro Superior de Investigaciones Científicas en la Universidad de Málaga se incrementará sin duda esta ya pujante realidad del campo malacitano. Porque estos centros, herederos de la finca La Mayora, han supuesto siempre una oportunidad de desarrollo para un lugar tan beneficiado climáticamente como es nuestro entorno.

Pero en la otra mitad de las exportaciones se encuentra el fuerte crecimiento de las ventas tecnológicas. Si bien 1 de cada 3 euros en Andalucía son ya producidos por bienes de alta tecnología, fundamentalmente abanderados por los desarrollos de la industria aeronáutica, el caso malagueño está concentrado en el PTA y su entorno. Las cada vez más frecuentes sinergias, especialmente entre los diferentes sectores industriales e investigadores para el desarrollo de nuevos productos, está contribuyendo a la llegada de empresas atraídas por esta inercia creadora. Por ello llega el momento de hacer partícipes a los ciudadanos de este nuevo entorno tecnológico que se está produciendo, y del que vamos tomando conciencia a través de la modernización de nuestras infraestructuras culturales y científicas. Evidentemente este proceso es largo y, a veces, serpenteante pero lo que no debemos obviar es que la tendencia tecnológica y creativa ha comenzado, como ya lo hicieron las ciudades más avanzadas a lo largo de nuestro mundo. Ahora llega el momento para que este desarrollo llegue equilibradamente a todos porque, como dice el arquitecto y escritor uruguayo Jorge Majfud: "Una sociedad no se define como desarrollada por la riqueza que tiene sino por la pobreza que no tiene".

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