No creo que nadie tenga dudas de que si Cataluña se independiza muchas de las grandes y medianas riquezas de España dejarán de tributar para el Estado español. Allí, en Cataluña, están radicadas y allí pagarían sus impuestos, algo que, por supuesto, atrae a los políticos independentistas, que ya se ven ampliando el 3%, y a cierta clase obrera que se intuye beneficiaria. La burguesía, mientras tanto, supongo que entiende que el proceso mejoraría sus privilegios, lo que explica que tanto la vieja Convergencia como Esquerra y los de la CUP anden hoy a pachas. Hasta ahí se puede entender la cuestión, aunque en ella haya mucho de cuentas y presunciones equivocadas. Lo que no se entiende por contra es la tranquilidad con la que izquierda anticapitalista española y cierto socialismo pedrosanchista aceptan que se fracture la esencia fiscal de una Constitución, la actual, que ha permitido un relativo equilibrio entre zonas ricas y pobres. El pluranacionalismo que Sánchez propone, por ejemplo, sería una vía rápida para acabar con eso y aumentar "el cada cual a lo suyo" que ya se da con el País Vasco y Navarra. Yo soy de los que piensan que a regiones como Andalucía, tan acostumbradas a recibir el maná, les vendría bien afrontar la realidad y no tener ya de una vez ese colchón solidario que en el fondo nos ha impedido madurar, quedando como niños eternos. Lo que no entiendo es que partidos como Podemos o el PSOE de Sánchez, nada liberales, estén tan predispuestos a dejar atrás la fiscalidad proporcional que tanto propugnan y permitir que una de las comunidades más ricas saque adelante su trampantojo histórico para abandonar la caja común. Si lo hiciesen cuatro familias ricas del Brillante ardería Roma, pero en este caso no arde ni un cerillo. ¿Por qué? Pues en el caso de Sánchez por una falta de ideología absoluta y pragmática. Y en el caso de Iglesias, porque mientras peor vaya todo mejor para él. Su lucha no es por La Moncloa estrictamente sino por derribar el sistema liberal y, en tal contexto, diminuir España, uno de los principales baluartes de la Unión Europea, significaría un alegrón no sólo para líder de Podemos sino para los que sueñan con una Europa anticapitalista. De ahí que a Sánchez y a Iglesias se les olviden en este asunto las clases populares y se pongan el parche. Los pobres, igual para ellos que para Lenin, para Hitler o para la Iglesia tantas veces, no dejan de ser una mera excusa, un argumento volandero. Siempre en la historia los pobres estuvieron solos y no iba a ser menos esta época nuestra que en las demás.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios