TODAVÍA eres comunista?, le pregunté de sopetón la pasada semana a Juan Sánchez, mientras comíamos coles, en una venta cercana a Casares, desde la que se divisaba un horizonte paradisiaco y luminoso. El presidente de la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol occidental dejó su oficio de ebanista hace más de 35 años y desde entonces creo que se ha separado poco de su militancia en el PCE. Ahora, tras superar meses de complicaciones después de pillar un resfriado o una gripe, me parece que contempla la política con algo más de distanciamiento y sus palabras rezuman un poso de desencanto.

Durante su convalecencia, los suyos le relegaron al sexto puesto de la candidatura municipal. En su fuero interno seguro que piensa que todavía aporta a la candidatura. Las maniobras de los hijos políticos que alumbró cuando era alcalde. Juan Sánchez se movió en sus tiempos en la línea dura de IU, quizá por ello ahora acata con disciplina prusiana las artes de los peceros locales que amamantó.

Casares es una localidad de otro siglo. El ex regidor presume de colegio público. Los niños visten uniformes, "los paga el Ayuntamiento", me comenta. En una vista general de las casas colgantes, alguna necesita un encalado. La ordenanza obliga a los vecinos a costear el blanco de esta belleza turística . Me enseña con orgullo su gran obra. Excavada entre rocas, un aparcamiento público de 400 plazas. Gratis. No se llena por la pereza de los residentes. Costó 12 millones de euros. Y ¿cómo?, inquiero. "Los convenios", me responde. A la entrada del pueblo han levantado unos adosados impropios. No es la única huella visible para sacar como conclusión que en la Costa del Sol nadie puede arrojar la primera piedra contra las barbaridades urbanísticas.

¿Todavía eres comunista?, le cuestioné a traición. "Depende del día", me replicó a bote pronto y sin darle tiempo a pensar. Luego meditó rápido y añadió: "Pero pago mi carné".