ES curioso: cuando alguien nos pregunta si somos creyentes nunca le respondemos a qué creencia (de las miles de certidumbres que sostienen nuestro mundo de apariencias) se refiere, y si damos por supuesto que alude a la existencia sobrenatural tampoco replicamos a qué aspecto concreto de los misterios, doctrinas y enigmas de la vida eterna alude la interpelación. La aclaración, sin embargo, se hace cada vez más necesaria.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios