El verano tiene estas cosas. Es una época de cierta ruptura. Con la rutina del trabajo, con los horarios habituales y con la formalidad en el vestir. Todo se lleva al extremo en los días de Feria, donde la estética pasa a un segundo plano y se potencian algunos aspectos de un gusto poco definido, para los que hay perdón por lo especial de los días. Poner un pulpo en la entrada del recinto ferial para dar la bienvenida a los que van a divertirse sólo puede desatar la hilaridad. Igual es el objetivo que se busca. Nosotros lo seguimos prefiriendo a la gallega.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios