EL nuevo ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, sorprendió el miércoles a esa parte de la opinión pública que está poco habituada a que los políticos hagan lo que dijeron que harían. A través de la distancia entre las promesas electorales y las políticas realizadas desde el poder se evapora el crédito de la clase política y del propio sistema democrático. Precisamente de ello no puede culparse al titular de Justicia. Ha tardado un mes escaso desde que tomó posesión de su cargo y ha explicado en comisión parlamentaria algunos de sus planes y programas más relevantes. Se trata de asuntos, como todos los relacionados con el ejercicio del Poder Judicial, de amplio recorrido social, influencia en la vida de los ciudadanos y trascendencia en la organización y funcionamiento del sistema democrático. Destaquemos tres. Uno, la reforma de la ley del aborto, que irá en la línea de la vigente desde los años 80 (los tres supuestos) en vez de la de plazos instaurada por Rodríguez Zapatero en la pasada legislatura y reimplantará la necesidad del permiso paterno para el aborto de las menores de edad. Dos, la introducción en el Código Penal de la pena de "prisión permanente revisable,"circunscrita a delitos especialmente graves de terrorismo, asesinato múltiple o pederastia reincidente, que homologará nuestro régimen sancionador al de los países del entorno europeo y responde a una clara demanda social, a veces no bien formulada. Y tres, la revisión de la legislación sobre el menor que, sin necesidad quizás de aumentar las penas ni cambiar la filosofía de la reinserción que la conforma, haga posible que los crímenes cometidos por mayores y menores de manera conjunta sean igualmente investigados y juzgados de modo unificado, a fin de garantizar la eficacia de la acción de la Justicia y la igualdad de trato entre los justiciables. Otros cambios anunciados por Gallardón pueden ser más discutibles, pero estos tres responden a reivindicaciones populares, al programa electoral con el que ganó Rajoy y a las ideas del centroderecha.

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