Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

El reino de los millonarios

Ahora que ya es un hecho que el millonario populista Donald Trump ha tomado posesión como el cuadragésimo quinto presidente de Estados Unidos, la influencia de los multimillonarios en el mundo, por si ya fuera poca, va a incrementarse notablemente, ya que el controvertido presidente ha decidido rodearse de ricos para dirigir los designios de su país. Y si bien hasta ahora la mayoría de los ricos, además de fortuna, también buscaban poder e influencia política en pro de sus negocios, con tío Donald la cosa va a cambiar considerablemente, porque los millonarios van a gobernar directamente a 320 millones de personas y a influir poderosamente en el resto del planeta.

Aunque el propio Trump quiera aparentar independencia al haber "cedido" el control total de sus empresas a sus hijos, ni siquiera podemos imaginar la cadena de favores que a partir de ahora se va a crear entre el poder y los millonarios estadounidenses. Probablemente su economía mejore considerablemente, aunque, como contrapartida, habrá una merma de los derechos sociales, ya palpable en el propio estreno del despacho oval, en donde a Trump le ha faltado tiempo para firmar el decreto contra el Obamacare.

Y mientras Estados Unidos se prepara para el reino de los millonarios, España ha registrado 7.000 nuevos millonarios en 2016, o sea 20 millonarios más al día, siendo además en 2015 el país de Europa donde más aumentó el número de ricos, y donde en los últimos 8 años el número de fortunas ha crecido un 50%, coincidiendo justo con los años de la gran recesión en los que se ha disparado la pobreza más severa.

Según el último informe de la ONG Oxfam Intermón, el 10% de los españoles más ricos suman el 56,2% de la riqueza del país, y mientras esta cifra aumenta, el número de ciudadanos en riesgo de pobreza aumenta un 3% y se sitúa en el 30% de la población. Por ello España es el segundo país del mundo, después de Chipre, donde más crece la desigualdad económica.

Y de todos los millonarios nacionales, los tres más ricos, Amancio Ortega -también el más rico del mundo desde el 7 de septiembre de 2016-, su hija Sandra y Juan Roig, suman la misma riqueza que los 14,2 millones de españoles más pobres, aunque es de justicia reconocer que dan trabajo a miles de personas en España y también fuera de nuestras fronteras, generando importante riqueza para el país.

Pero el problema fundamental no es que la gente haga fortuna, sino el sistema tributario tan injusto que tiene España, siendo el quinto país europeo que peor consigue disminuir la desigualdad fiscal, ya que las familias sustentamos un 84% de la recaudación tributaria, mientras que las empresas sólo el 13%, dejando de ingresar aproximadamente 1.550 millones de euros -cantidad equivalente al 58% del déficit que se estima tendrá este año la hucha de las pensiones- como resultado de que los millonarios nacionales se establecen en los 15 paraísos fiscales más agresivos del mundo para pagar lo menos posible y a su vez utilizar su poder para influir en que las políticas públicas les favorezcan. Montoro, en vez de amnistiar a los millonarios y de freírnos a impuestos a quienes sólo vivimos de un sueldo, debería de dedicar todo su Ministerio a crear de una vez por todas un sistema tributario equitativo y a luchar enconadamente contra el fraude y la evasión fiscal, para disminuir desigualdades, y también para controlar, al menos en nuestro país, el temible reino de los millonarios…

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