La esquina

josé / aguilar

El silencio de Monedero

JUAN Carlos Monedero, el tercero en la jefatura de Podemos, se ha tomado un mes para intentar explicar sus ingresos por asesorar a los regímenes del eje bolivariano y por qué creó una sociedad mercantil para pagar muchos menos impuestos de los que habría abonado declarándolos como renta personal. El mes le sobraba. El primer día ya podía haberlo hecho en vez de jugar a la clandestinidad.

Monedero se cree víctima de una caza de brujas desatada en su contra por "el régimen del 78" y protagonizada por el ministro Montoro, al que ha puesto en manos de la Agencia de Protección de Datos por si hubiera cometido un delito de revelación de secretos. A mí, que no defiendo en absoluto a Montoro pero sí al régimen del 78 (es decir, la democracia, que me gusta bastante más que el sistema que Monedero planea para España), no me han convencido sus explicaciones.

¿Qué ha explicado? Que el precio de su informe "lo ponen quienes contratan", que dedicó buena parte del dinero a profesionalizar el programa de televisión La Tuerka, que dirige y presenta el Jefe Pablo Iglesias para convertirlo en referente de "la nueva democracia en España" y que los estatutos del Banco del Alba -su contratante- le impiden enseñar el contrato y los trabajos realizados debido a la cláusula de confidencialidad que tuvo que firmar.

Tal vez necesite otro mes de retiro para explicar cómo es que los gobiernos de Venezuela, Nicaragua y otros encargaron a precio de oro un informe sobre la unidad monetaria a un politólogo europeo que había asesorado ampliamente a Hugo Chávez en materia puramente política. O por qué creó una sociedad para cobrar esos ingresos años después de contratar el trabajo. O por qué, si todo era correcto desde el punto de vista fiscal, presentó una declaración complementaria cuando se enteró de que Hacienda le investigaba y abonó los impuestos que había eludido.

Ya conocen mi teoría: Monedero no es un individuo codicioso, sino la persona que ha servido de instrumento para que Podemos se constituyera como partido político gracias a la financiación de gobiernos latinos dudosamente democráticos. Como esto no lo puede confesar sin daño grave para Podemos, ha dado la cara asumiendo el coste personal de la operación. La gratitud de los otros líderes de Podemos por su sacrificio es lo que hace que Juan Carlos Monedero no haya sido obligado a dimitir.

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