El sábado pasado llovió con furia en Málaga y no nos pilló preparados. También es verdad que cómo íbamos a sospechar que llovería tan violentamente.

TOTAL.- Que jarree de esa manera es muy inusual aquí. A no ser que le preguntes a expertos y te cuenten que, en los últimos 20 años, ha llovido igual igualito que el otro día cincuenta y seis veces. Que te caiga la mundial una media de más de dos veces al año lo mismo es una señal, aunque 20 años no son nada en términos geológicos, supongo. Lo más seguro es que esperemos a que pasen 40 años a ver si sigue la tendencia o escampa.

ADEMÁS.- ¿Qué tontería es esa de limpiar el cauce del río si aquí no llueve tanto? A ver si ahora por un par de inundaciones con pérdidas millonarias cada año y pico nos vamos a tener que poner a limpiar cauces a lo loco. Las cosas hay que pensarlas bien, hombre.

Y LOS POLÍGONOS.- ¿Habrá algo más clásico que ver los polígonos industriales venecianos perdidos cada cierto tiempo? Los empresarios insisten en que estaría bien que se desbrozaran los arroyos y se eliminaran vaguadas. Claro ¿Y entonces de qué hablamos cuando caiga otra vez un tormentón? Vamos a pensar las cositas un poco, por favor.

LUEGO ESTÁN LAS VIVIENDAS.- Construidas en zonas inundables. Llevan tanto tiempo ahí que sería un absurdo, no sé, tirar las que sean ilegales y tengan el peligro cierto de inundarse. Vamos a pensar las cosas, por favor. Quizá se podía llegar a un término medio. Obligar a esas casas por ley a que tengan unas escaleras que lleven directamente al tejado para facilitar el paseo que, sin duda, tendrán que darse la próxima vez que el cielo se abra sobre nuestras cabezas.

POR FORTUNA.- Hemos visto la rápida actuación de nuestras autoridades. Caían las primeras gotas y ya teníamos a nuestros políticos sacando del cajón las declaraciones que tocan en estas situaciones. Estos no tuvieron que pensar ni un poquito, dijeron exactamente lo mismo que en anteriores inundaciones. Si una declaración funciona a ver porqué van a tener que cambiarla.

EN RESUMEN.- Podemos estar tranquilos, es muy probable que después de las perdidas millonarias ocasionadas por la tromba del otro día se tomen por fin medidas de cierto calado, dicho sea, lo de calar, sin ningún doble sentido.

También pudiera ser que como ha salido el sol, la preciosa luz de nuestra tierra ciegue a nuestras autoridades y dejemos las cosas tal y como están esperando a que caiga la tormenta número cincuenta y siete a ver si hay suerte y las cosas se arreglan solas. Por si eso ocurre incluyan en las compras navideñas botas de agua. Y manguitos.

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