La ciudad y los días

Carlos Colón

"¿Por qué c... no trabajáis juntos?

LEIRE Pajín está triste porque el PP no quiere arrimar el hombro para que el país salga de la crisis (que su partido negó para dar una imagen positiva en las últimas elecciones, después minimizó y finalmente gestionó mal). Leire Pajín acusa al PP de preferir las malas noticias económicas si mejoran sus expectativas (lo que, de ser cierto, sería lo mismo -pero al revés- que hicieron ellos cuando negaron la crisis para mejorar sus expectativas en las elecciones de marzo 2008: dos meses antes Zapatero dijo que la crisis era "una falacia, puro catastrofismo"). Leire Pajín le ha pedido al PP que "si no sabe o no quiere" ayudar "por lo menos que no estorbe" (los que estorbáis sois vosotros, mi alma, que la habéis liado hasta el extremo de forzar una intervención personal del Rey que se os ha vuelto en contra).

El PSOE ha decidido que la única forma de sobrevivir es culpar al PP de lo que pueda pasar y achacar los males de la patria a su negativa a pactar. Sus voceros lo gritan en columnas y tertulias: Rajoy quiere que se arruine España para ganar las elecciones, aunque su premio sea sentarse sobre las ruinas que su estrategia ha provocado. En este nuevo escenario de política virtual Zapatero es el generoso estadista con amplitud de miras que tiende la mano a la oposición para que, entre todos, salvemos a España. Y la oposición es la perversa derecha-de-toda-la-vida que no arrima el hombro, prefiere las malas noticias y estorba los hercúleos trabajos socialistas. Con lo último el PP añadiría a sus pecados de omisión el aún más grave pecado de comisión al estorbar los esfuerzos gubernamentales.

Como bien decía ayer el compañero Ignacio Martínez, tanto el PSOE como el PP practican la españolísima estrategia de ganar por los deméritos del contrincante en vez de por los méritos propios. La práctica habitual es sentarse en el porche de la oposición, con los pies descalzos descansando en la baranda y una brizna de paja entre los dientes para disfrutar del espectáculo de los males de la nación; esperando que, tal vez, les dé la victoria. Escribo tal vez porque la fe de los votantes en sus partidos es tan ciega como de ordinario se representa esta virtud teologal. Por eso ambos rematan sus estrategias cainitas fomentando la adscripción irracional, contra toda evidencia de méritos o de gestión, al tiempo que alientan la aversión al oponente. Me quedo con lo que ha dicho Johan Cruyff: "Los deportistas estamos acostumbrados a atacar entre todos. Por eso me gusta lo que ha dicho el rey: ¿por qué coño no trabajáis juntos?". Porque somos españoles, so holandés.

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