Objetivo con zoom

La vendimia a marchas forzadas

Llovió en Mollina por sorpresa la semana pasada y el chaparrón ha revolucionado a los viticultores. El exceso de agua en las viñas por culpa de la tormenta amenaza con pudrir la cosecha y echarla a perder. Paradójicamente, en pleno mes de agosto y con la ola de calor desatada, se ha prohibido el riego. En este caso, el agua ya no viene bien y eso que este año la cosecha llevaba un ritmo de maduración perfecta. Si un enólogo quisiera implantar un calendario ideal, ése era el que se estaba registrando esta temporada. Hasta que todo se torció. Y por culpa del agua.

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