"Un verano horrible"

Los presupuestos olvidan un año más el tren litoral, pero moviliza más una torre que Marbella siga sin ferrocarril

Conversé hace unos días un largo rato con un buen conocedor de los ayuntamientos costeros más importantes. Cuando le pregunté por el turismo, me sorprendió con una respuesta que me llevó a poner gesto de sorpresa: "Nos espera un verano horrible". Por un momento pensé en que el Brexit comenzaría a pasar factura, sospeché que la Administración nos engañaba cuando ofrecía las previsiones de visitantes para esta temporada alta. Pero no, el sentido de su frase intentaba advertirme de todo lo contrario: la avalancha turística que se avecina y la más que presumible incapacidad de las infraestructuras, incluidas las municipales, para atenderla.

Desde que tengo uso de razón periodística, sólo en dos ocasiones esta provincia ha sido capaz de anticiparse a los problemas. Con la nueva terminal del aeropuerto -el ministro José Blanco daba a entender con sus gestos el día del estreno que no había necesidad- y con la hiperronda, hoy en día todavía una carretera poco frecuentada. Pero las comunicaciones internas entre las principales ciudades del litoral, el agua, el saneamiento y, desde luego, el estado de las playas, con parches todos los años tras el azote de los temporales, a las que sumar la dificultad de los ayuntamientos para afrontar un examen muy exigente de sus servicios, son carencias impropias de un destino vacacional privilegiado que genera mucha riqueza.

Clama al infinito la desidia de los gobiernos sucesivos de la Junta y el central, con una de las grandes asignaturas pendientes: el tren litoral. Resulta un hartazgo los años de debate y discusión de las alternativas para conectar por ferrocarril Málaga con Estepona. Velocidad alta, alta velocidad, la prolongación del Cercanías de Fuengirola... En cuestión de raíles, es inaudito que Marbella siga aislada.

Los Presupuestos Generales de este medio año, que Rajoy pretende aprobar antes del verano, reflejan por enésima vez el nulo grado de prioridad de una actuación para una provincia que rinde 2.400 millones al año en impuestos, pese a que aún está inmersa en la crisis.

Las comparaciones son descorazonadoras. Los principales partidos políticos se pueden unir, y hasta el llamado Foro del Turismo movilizarse, para tenderle las alfombras (no sabemos si voladoras) a un grupo árabe para que haga un gran negocio con un hotel-rascacielos en el puerto, vendido como el icono de la modernidad que precisa esta provincia. Pero luego se asume un año tras otro con franciscana resignación que el tren litoral es una quimera que no nos merecemos. Esperemos que no se cumpla la predicción y esta temporada alta que ahora se estrena no se convierta en "horrible".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios