Los jóvenes tuvieron que ir al día siguiente a trabajar sin haber dormido y los mayores sufrieron ataques de ansiedad por no tener el equipaje consigo. Medio centenar de pasajeros de un vuelo anulado de la compañía Vueling que unía Málaga y Mallorca el miércoles pasado tuvieron que atravesar en 12 horas las ciudades de Sevilla y Barcelona (en la que hicieron noche en el Aeropuerto) antes de llegar a un destino que en un principio no requería más de hora y media de vuelo directo. "Nos dieron un sandwich con Coca Cola, pero no un hotel", aseguró uno de los afectados.
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