crónica personal

Pilar Cernuda

A vueltas con Urdangarín

EL abogado asegura que se encuentra en Washington, existen fotografías realizadas en el aeropuerto de la capital estadounidense, unas informaciones le sitúan en Londres, otras en Barcelona y unas terceras en Vitoria, a donde se habría desplazado para visitar a su padre, gravemente enfermo.

Mientras llega la fecha de su comparecencia ante la Justicia, a falta de filtraciones del sumario porque se ha levantado ya el secreto, las noticias sobre el caso Urdangarín se adentran en otros derroteros: la especulación pura y dura, la entrada a saco en su vida personal, los comentarios procedentes de personas que en su vida han tenido el menor contacto con Urdangarín ni con la Familia Real, personas que no cuentan con más datos sobre su trayectoria empresarial que la que han conocido estos días a través de las filtraciones, y que acuden sin pudor a algunos platós televisivos sabiendo que cuanto más fuerte sean las afirmaciones que hacen sobre sus actividades públicas y privadas, más contante será la bolsa que reciban a cambio de su participación en programas que sólo persiguen índices de audiencia, no la verdad ni el rigor.

Que Urdangarín no ha tenido una conducta "ejemplar" desde el punto de vista de la ética parece fuera de duda; que ese comportamiento haya sido delictivo serán los jueces los que tendrán que determinarlo en función de las pruebas que analicen y los datos que manejen. Mientras llegue ese momento, el de la sentencia judicial, además de presunción de inocencia cualquier ciudadano tiene derecho a que se le trate con respeto, y no se está haciendo con Urdangarín, a quien empiezan a echar en cara incluso que dejara a su antigua novia tras conocer a la infanta Cristina, como si fuera el único español o española que se enamora y abandona a pareja. Se está hurgando en la vida de sus familiares más próximos, se recuerdan comentarios hechos coloquialmente y sacados de contexto para darles otro sentido, se han insinuado simpatías hacia formaciones políticas anticonstitucionales.

Que se ha enriquecido es un hecho, que se ha valido de su pertenencia a la Familia Real para abrir puertas también, y parece demostrado que ha utilizado dependencias institucionales para recibir visitas de clientes. Nada de eso es delito, aunque produzcan desagrado esas noticias. Jueces y fiscales de reconocida solvencia profesional y que no se casan con nadie se echan estos días las manos a la cabeza ante el trato que se da a Urdangarín y advierten que su situación puede tener consecuencias. Hay otro asunto preocupante: el Rey y el Príncipe han mantenido una actitud de firmeza que les honra. Sin embargo, con el clima que se ha creado, es más que posible que en el caso de que los jueces no declarasen culpable al yerno del Rey, los que hoy le crucifican no dudarán en apuntar que se ha salvado gracias a reales maniobras.

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