Cataluña, más perdida en su laberinto

Torra, el candidato de Puigdemont, no es quien volverá a la senda autonomista e insiste en el desafío separatista al Estado

Cada vez peor. Cataluña no consigue salir del laberinto en el que el independentismo ha sumido a las instituciones y, con ellas, a la sociedad catalana. El debate de investidura del primer candidato propuesto por la mayoría separatista que no tiene cuentas con la Justicia por el golpe de Estado perpetrado en octubre pasado, y señalado digitalmente -en varios sentidos- por el ex president Carles Puigdemont, demostró que Quim Torra no es líder político llamado a normalizar la vida institucional y a devolver a Cataluña a la realidad autonómica, la única legal y posible. Antes al contrario, Torra sólo ofreció seguir adentrándose en el laberinto sin importarle las negativas consecuencias -ruptura social, huida de empresas, retroceso económico...- y lo hizo con mensajes al gusto del independentismo más radical. Porque, como ocurre desde la anterior legislatura, la CUP marca el rumbo de lo que pasa o no en la política catalana. Torra no fue investido ayer porque no logró la mayoría absoluta del Parlament. Y tampoco tiene asegurada la elección en segunda votación el lunes, al menos hasta que hoy la CUP decida si, como piden varias de sus asambleas, pasan de la abstención al no. Y si consigue ser investido, lo que Torra planteó ayer es gobernar para cumplir "el mandato del 1-O" y para hacer realidad la "República catalana". El candidato, además, desafió directamente al jefe del Estado y lo hizo con la misma deformación de la realidad que acostumbra a tener quien le ha designado. A Felipe VI le dijo que hay "presos políticos y exiliados" y que "así no". Al contrario: lo que hay son políticos que han delinquido, por eso algunos están presos -otros no- y unos pocos ni siquiera han asumido su responsabilidad, optando por ser prófugos de la Justicia. La respuesta es igual de fácil: así no. Sólo con respeto a la Constitución Cataluña saldrá de la catástrofe social, política y económica que ha traído el denominado procés. Por lo visto ayer, el president Torra sólo provocaría en poco tiempo la reactivación del artículo 155.

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