Un PSOE "útil" para España

El servicio a los intereses generales sigue vigente a la hora de abordar un posible acuerdo socialista con los Presupuestos

Los socialistas han despejado el camino para poner fin a una interinidad que se prolonga ya desde hace nueve meses. El Comité Federal del sábado fijó el mes de mayo para convocar las elecciones internas, que facilitarán que la militancia se pronuncie por alguno de los candidatos que, a buen seguro, aspirarán a la Secretaría General. Posteriormente, en junio, un congreso elegirá a la nueva dirección. El anuncio ha provocado que pase más desapercibido un documento presentado por la comisión gestora en la que reivindica un PSOE "útil". Un modelo que se habría visto reflejado con la anulación de las reválidas o el incremento de un 8% del salario mínimo interprofesional, entre otros ejemplos. Esa reivindicación choca con la postura que hasta ahora ha expresado la propia gestora de rechazar, prácticamente, cualquier posibilidad de respaldar los Presupuestos Generales del Estado para 2017, independientemente de las concesiones que pueda realizar el PP. Si se llevara a la práctica esta determinación, colisionaría con el principal argumento que se esgrimió para la defenestración de Pedro Sánchez: el PSOE defendió que entonces antepuso los intereses de España a los de su partido y desbloqueó una situación que perjudicaba a toda la sociedad. Ese razonamiento sigue vigente ahora. Unos presupuestos prorrogados de nada servirán para impulsar el crecimiento que este país necesita. Además hay que rebajar el déficit público en un punto y medio para cumplir los compromisos con Bruselas. Es cierto que, ante la grave fractura interna que soportan los socialistas, ese nuevo movimiento de responsabilidad podría ser utilizado por los partidarios del demagógico ideario del "no es no". Pero el calendario electoral interno no puede empujar al partido a cerrarse en banda. El sacrificio inicial resultaría estéril. Lo lógico es que aproveche su privilegiada posición en el Congreso para que las cuentas plasmen importantes propuestas de su programa político. Tampoco tendría sentido que por ese tacticismo se empuje a los populares a los brazos de los nacionalistas del PNV. Por experiencias anteriores ya se sabe a qué conducen este tipo de pactos. Pero claro, cualquier escenario debe partir de la premisa de que Rajoy inicie de verdad y cuanto antes esa negociación. Tampoco parece de recibo demorar más meses esas conversaciones o situarlas en plena campaña de las primarias de su competidor. A no ser que el presidente ya no sienta la urgencia a la que tanto apeló para que se facilitara su investidura.

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