Rajoy en EEUU: mucho más que Cataluña

Trump, al igual que Obama, sabe que una hipotética independencia de Cataluña sólo aportaría más inestabilidad al mundo

Anadie se le escapa la importancia de la visita del presidente Mariano Rajoy, ayer, a EEUU, donde departió largamente con su homólogo Donald Trump sobre diversos asuntos de la actualidad nacional e internacional. Tampoco que dicho encuentro se producía en unos momentos difíciles para España, con un referéndum ilegal convocado por los independentistas catalanes para el próximo domingo, el cual amenaza con desestabilizar no sólo la política interna de nuestro país, sino la de toda Unión Europea. En esta cuestión, Rajoy encontró lo que fue a buscar a Washington, el apoyo de Trump a la unidad de nuestra nación: "Como presidente de EEUU quiero una España unida. Sería una tontería que el pueblo de Cataluña se separase de España", dijo el dignatario norteamericano en la rueda de prensa posterior al encuentro. Si alguien tenía alguna duda de la posición de EEUU respecto a la cuestión catalana, ayer quedó meridianamente clara. Si los independentistas aún conservan algún nexo con la realidad geopolítica se darían cuenta de que, en el plano internacional, y pese a los pocos y extravagantes apoyos que han encontrado, no tienen nada que hacer. Trump, al igual que en su día hizo Obama, no tiene ninguna duda en que una hipotética independencia de Cataluña sólo aportaría más inestabilidad a un mundo que ya está suficientemente sobrada de ella.

Sin embargo, la cuestión catalana no ha sido, ni mucho menos, el único tema tratado entre Trump y Rajoy. Las relaciones con EEUU, además de históricas, son sumamente importantes en la actualidad, especialmente en los planos comercial y de defensa. Los números destacados ayer por Rajoy hablan por sí solos: EEUU es nuestro segundo socio comercial fuera de la Unión Europea y el primero en exportaciones. Asimismo, la colaboración en la lucha internacional contra el yihadismo y el autodenominado Estado Islámico es intensa, como demuestra el hecho de que España es el cuarto país que más contingentes tiene destinados en Iraq para adiestrar a las tropas que luchan contra el Daesh, nuestras misiones en Malí, o la importancia que han adquirido las bases de Rota y Morón en el combate global contra el terrorismo del islamismo radical. El acuerdo en la necesidad de aumentar la presión sobre Corea del Norte o Venezuela habla también del buen momento que viven las relaciones hispano-norteamericanas.

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