Usar la ley sin complejos

Si Puigdemont declara hoy la independencia, Rajoy deberá usar todas las herramientas que la Constitución y las leyes le permiten

Cataluña y toda España vivirán hoy una jornada complicada y angustiosa. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, comparecerá ante el Parlament para abordar la "situación política" en esta comunidad autónoma. La incertidumbre es máxima. Puigdemont podría hacer una declaración unilateral de independencia (DUI). De hecho, según la Ley del Referéndum -que, aunque está suspendida por el Tribunal Constitucional, se sigue aplicando por el Govern en una prueba más de su abierta rebeldía frente al Estado de Derecho-, Puigdemont debería proclamar ya solemnemente la DUI. Sin embargo, dentro de las filas independentistas también hay dudas y ya son algunas las voces que piden explorar otras vías manifiestamente extravagantes, como la "vía eslovena" o la "declaración de independencia en diferido", que pretenden un procés de baja intensidad, alargado en el tiempo, pero con el mismo resultado final que la DUI.

Para complicarlo más, la Asamblea Nacional Catalana -uno de los principales agitadores de la movilización callejera del procés- ha convocado a la población con el fin de que se concentre esta tarde ante el Parlament para apoyar la DUI. La Cámara catalana será una auténtica olla a presión y la posibilidad de incidentes violentos es amplia. Más después de la manifestación del pasado domingo, en la que la mayoría silenciosa, esa que no es nacionalista, dejó claro su deseo de permanecer ligada a España. La aventura irresponsable del procés ha tenido como resultado una severa fractura en la sociedad catalana cuyas consecuencias no podemos aún calcular.

Frente a este desolador panorama, el Gobierno de Rajoy ha preferido evitar hasta el momento cualquier medida drástica, como la aplicación del artículo 155 de la Constitución (que permite intervenir el autogobierno de una determinada Autonomía) o de la Ley de Seguridad Nacional. Sin embargo, la situación ha llegado a tal punto de temperatura que ya le será imposible mantener la inacción. Si Puigdemont declara la independencia, sea por la vía que fuere, tendrá que usar sin complejos todas las herramientas que la Constitución y las leyes le permiten. En un país democrático como España se debe ejercer la legalidad sin ningún tipo de complejos. Por su parte, la oposición constitucionalista deberá apoyar unánimemente la acción gubernamental, algo a lo que ya se han comprometido. Sólo una vuelta a la ley, a la Constitución y a la lealtad institucional por parte de los independentistas -algo que probablemente no ocurrirá- podría justificar que el Gobierno no ponga en marcha las medidas más drásticas.

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