El mismo día en que el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, puso en un brete al Gobierno de la nación al anunciar para hoy una reunión de entidades soberanistas con el fin de poner fecha al referéndum ilegal de independencia, Mariano Rajoy recibió una auténtico balón de oxígeno por parte de la formación regionalista Nueva Canarias, cuya Ejecutiva Nacional aprobó por unanimidad el voto afirmativo de su diputado a los Presupuestos Generales del Estado de 2017 después de dos semanas de intensas reuniones al máximo nivel. De esta manera, el Gobierno consigue los 176 votos necesarios para sacar sus cuentas adelante, ya que cuenta con el apoyo de los representantes de Partido Popular, Unión del Pueblo Navarro, Foro Asturias, Ciudadanos, Partido Nacionalista Vasco, Coalición Canaria y Nueva Canarias. Se sortea así uno de los principales escollos del inicio de la legislatura y se aleja, por ahora, el fantasma de las elecciones anticipadas.

Como suele pasar en las negociaciones presupuestarias con formaciones regionalistas o nacionalistas, el acuerdo se ha conseguido a cambio de que el Ejecutivo central conceda al archipiélago canario una suculenta mejora económica en el tratamiento de los PGE de 2017. De esta manera, el equipo de Rajoy destinará 204 millones de euros más a esta autonomía hasta final de año. Las mejoras son varias, pero entre las principales destacan la bonificación al transporte de pasajeros entre islas hasta el 75% y hasta el 100% el de mercancías, así como 44 millones para carreteras, 21 millones para empleo u otros 12 millones para políticas sociales. Asimismo, el Gobierno se compromete a agilizar la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias o la elaboración de un nuevo sistema electoral que mejore la proporcionalidad entre las siete islas que componen el archipiélago.

A cambio, el Gobierno consigue una tranquilidad presupuestaria y política más que necesaria en unos momentos en los que el órdago secesionista catalán supondrá un auténtico desafío para el Estado de Derecho, y en los que el PSOE, ya comandado por Pedro Sánchez, se esforzará en marcar las diferencias con un PP acosado por los casos de corrupción. El apoyo de Nueva Canarias es un auténtico balón de oxígeno para un Gobierno al que se le amontonan los problemas, pero, sobre todo, es también una buena noticia para un país que no puede seguir más tiempo con sus cuentas paralizadas.