Tribuna

Juan Clavero

Escritor

Podemos, IU y Venezuela

Podemos, IU y Venezuela Podemos, IU y Venezuela

Podemos, IU y Venezuela

No se entiende la actitud de Podemos e IU en relación con la crisis venezolana. Las dos fuerzas que pretenden representar la regeneración democrática en nuestro país están apoyando a un Gobierno que vulnera todas las normas democráticas que defienden aquí.

Tengo una relación especial con Venezuela, por eso me duele más el desastre al que la está llevando Maduro. Viví y trabajé allí, y mantengo buenos amigos; profesionales de una clase media depauperada. Algunos, con ascendientes españoles, están tramitando nuestra nacionalidad para poder abandonar el país.

Venezuela estuvo gobernada durante décadas por dos partidos -Acción Democrática y Copei- que se alternaban con un objetivo común: saquear la riqueza petrolera del país. En un país rico, que lo tiene todo, buena parte de la población vivía en la pobreza. La corrupción era generalizada; los últimos presidentes de estos partidos terminaron en la cárcel o fugados al extranjero. Y llegó Chávez, quien, tras una asonada golpista y un periodo en la cárcel, ganó limpiamente unas elecciones presidenciales. Y el dinero del petróleo empezó a llegar a la población, y se mejoró la educación, la sanidad, la vivienda…, pero se desató el clientelismo. La petrodependencia del país ha sido demoledora. La gente prefirió vivir de las prebendas del poder petrolero que trabajar en la economía productiva. El país se desmanteló. ¿Es esto un ejemplo de la economía sostenible que dicen defender IU y Podemos?

Chávez siguió ganando elecciones y el principal error de la oposición de derechas fue no reconocer sus victorias, que eran avaladas por la comunidad internacional. Tampoco aceptó la Constitución bolivariana, que ahora tanto defienden contra su intento de demolición por Maduro. Esta Constitución incluyó aspectos muy novedosos, como el referéndum revocatorio de cargos públicos, que no existe en la nuestra. En 2004 la oposición promovió un referéndum para revocar a Chávez. Viví la campaña electoral en Venezuela, la inmensa mayoría de los medios de comunicación eran antichavistas, pero Chávez ganó, y la oposición siguió sin reconocer sus victorias.

Chávez sólo perdió el referéndum de la reforma constitucional de 2007, por un exiguo 51%, y lo aceptó. A los que aseguran que Venezuela es una dictadura, habría que preguntarles en qué dictadura los presidentes pierden un referéndum, y la oposición gana elecciones municipales, estatales y hasta generales. Al PP habría que preguntarle por las elecciones en Arabia Saudí o en China, a cuyos países viajan miembros del Gobierno y firman sustanciosos contratos sin preguntar por los Derechos Humanos, por los presos políticos o por los miles de ejecutados.

La peor decisión de Chávez fue apoyar a Maduro como sucesor. Un personaje lamentable que pretende gobernar el país a golpe de decreto, ninguneando e intentado aniquilar a una oposición -Mesa de Unidad Democrática- que ganó las elecciones parlamentarias de 2015. Desde entonces, Maduro se ha dedicado a boicotear la Asamblea Nacional, a destruir la separación de poderes y a fomentar un inusitado clima de violencia contra la oposición, al más puro estilo matonista.

La última maniobra de Maduro ha sido convocar una Asamblea Constituyente, sin tener potestad constitucional, pero contando con la connivencia de un Tribunal Supremo y un Consejo Nacional Electoral totalmente sumisos a su poder. Esta Asamblea se ha elegido en base a candidatos sectoriales y territoriales -pura democracia orgánica franquista-, ¡con prohibición de candidaturas de partidos políticos! Los 545 diputados son chavistas ¡el 100%, a la búlgara! Mientras tanto, se sigue matando a gente en la calle. Y seguimos esperando el rechazo y condena de IU y Podemos a este fraude electoral, auténtico golpe de Estado. IU apoya a Maduro en base a su verborrea antimperialista; Podemos responde con vacuas generalidades contra la violencia y a favor del diálogo; pero ni un solo dirigente ha condenado este esperpento del chavismo. ¿Qué dirían IU y Podemos si una Asamblea elegida por democracia orgánica franquista, formada 100% por el PP, desaloja del Congreso a los actuales diputados elegidos democráticamente?

Es cierto que algunos presos, como Leopoldo López, estarían probablemente en la cárcel en nuestro país al haber promovido violentas manifestaciones tras una derrota electoral. Pero la mayoría son claros presos políticos, como el alcalde de Caracas o los magistrados detenidos por oponerse al golpismo de Maduro. A la Fiscal general la machacan a diario por defender el orden constitucional del chavismo, con acusaciones y amenazas contra ella y su familia, e intentos de inhabilitarla por "inestabilidad mental".

Venezuela no se merece un personaje siniestro como Maduro. Los sectores más sensatos del chavismo tienen que llegar a un acuerdo con los sectores democráticos y constitucionalistas de la oposición para convocar unas elecciones presidenciales que permitan una salida pacífica al abismo al que Maduro está llevando a Venezuela.

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