Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

Opinar no es ofender

Dicen que la principal virtud para cualquiera que ejerza el periodismo se resume en dos palabras: estar ahí

Me asomo a esta cita semanal pidiendo permiso y dando las gracias; el primero por las insensateces que me dispongo a compartir, curioso de todo y experto en casi nada, como cuando un profesor me pilló leyendo en un recreo un libro que no debería haber estado en mis manos y cuando pensaba que me iba a llevar una bronca del quince, el tío me lo devuelve y me suelta: "Eres un hombre de extraños saberes". Las gracias se las tengo que dar porque en los seis meses que llevo asomado al Odiel, no he hecho otra cosa que arrepentirme del "¿Huelva? Pero ¿qué demonios hago yo allí?" a un más que sincero "pues la verdad es que se está de escándalo". Ese es su mérito, el de una gente que a pesar de lo pesado que me puedo llegar a poner -soy de Bilbao y periodista, una tormenta perfecta-, jamás me han devuelto una mala cara o un gesto que no debería estar ahí. Y además -supongo que ya lo saben- porque tienen una ciudad y una provincia que me encantan, qué quieren que les diga.

Vengo con la cabeza despejada -y dado su tamaño tiene su mérito- y dispuesto a aprender y no a enseñar; a tratar de entender cómo son y ver lo que hacen; a disfrutar con cada cosa que haga, vea y viva; a comerme todo el jamón, las fresas, los arándanos, las moras y las gambas que me pongan por delante. Los chocos y yo no nos llevamos bien, supongo que soy más de txipirón.

También quiero compartir mis propias pasiones porque, a pesar de los estacazos que me han caído en esta vocación que ejerzo, me encanta mi trabajo. No existe una cosa igual. Nunca se deja de aprender a poco que uno lo intente. La primera frase de un libro que acabo de devorar, Homicidio de David Simon -no dejen de leerlo, no se van a arrepentir-, dice que la principal virtud de su autor era el primer atributo de un periodista: "Estar ahí". Siempre he mantenido esa sentencia como lo primero que debe hacer alguien que quiere contarles algo: verlo. Así lo he hecho los últimos años, dos décadas en Andalucía que cumplo este año, de punta a punta, de Gata a Palos, de Almería a Huelva pasando por Algeciras. Supongo que cumplo una penitencia, pues en cada viaje que hacía a Portugal, pasaba por la autovía y siempre pensaba, "tengo que conocer Huelva". Ea, por listo y por dejao. Aquí estoy para lo que gusten y a partir de ahora nos vemos en la calle.

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