Ansia viva

Óscar Lezameta

olezameta@huelvainformacion.es

Cinco nueces y tres imputados

Lo que no perdono a los corruptos es que hayan hecho desaparecer las novedades sobre Bustamante

Confieso que me encanta la obsesión que tienen algunos gurús de la vida sana (sic) por alimentarnos correctamente. Ninguno de los que ofrecen algo semejante a comida, ensalza alguna vez lo buena y rica que sabe; todos son alabanzas sobre sus maravillosas propiedades y nada sobre su sabor. Es como cuando te venden un móvil por la calidad de su cámara fotográfica, por las esquinas curvas (requetesic), o por la facilidad de la gestión de sus apps (o sea); nadie te dice lo bien que puedes llamar, que es supuestamente para lo que te has pulido 600 napos en un chisme de esos antes de convertirte por méritos propios en el canelo del año. Entre esos chutes de energía vital, están las nueces que a los que tenemos esa relación de afinidad con el colesterol, nos acompañan frecuentemente. Pero es que están buenas, leñe, si además te bajan el LDL que es el hermano cabrón del HDL, pues mejor, oiga. Pues eso, que de esas cinco al día. Además, cinco de fruta, tres de legumbres, dos de pescado, tres de pasta, una de carne, otra de huevos y cuatro de verdura, con lo cual la semana de estos pelmas tiene 24 días.

Ni con esa cantidad llega para agrupar a los investigados diarios. Esto es un sinvivir que no sólo te dispara los ácidos grasos, sino la bilis a límites insospechados. No hay momento en el que no nos sobrepase un nuevo imputado o alguna tropelía de alguno que ya lo estaba. En la portada de este periódico que tienen entre las manos (por cierto, 45.000 millones de gracias) tenemos que reservar el hueco para el imputado del día. ¿Alguien se acuerda del tipo del flequillo de Estados Unidos? ¿El del peinado gracioso de Corea? ¿Sabe alguien dónde está Alepo? ¿Los peligrosos hackers rusos se han apuntado al CSKA de Moscú? ¿Dónde juega Carolina Marín? ¿Quién queda en Ciudadanos? ¿Bustamante y la otra siguen peleados?

La levedad de nuestra vida interrumpida por un sobresalto cuando vemos como uno no se ha terminado el desayuno y Ferreras sale una hora antes de lo previsto. ¡Ay dios! Un sinvivir, oiga. Menos mal que nos quedan aquellos próceres que se dedican a decirnos lo bien que va todo, lo que luchan contra la corrupción, lo que nos animan a centrarnos en lo importante y no en menudencias de decenas de millones, de autobuses de colores, de fiestas que no se viven como Dios manda y de lo ofuscados que estamos. Y eso no lo consiguen ni con cinco kilos de nueces. Al día.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios