La remodelación de la cuarta fase del paseo marítimo de Fuengirola, en concreto de la zona de Carvajal, se ha convertido en los últimos años en uno de los grandes caballos de batalla del Ayuntamiento fuengiroleño. Y es que en varias ocasiones desde el equipo de gobierno se ha denunciado que este proyecto se encontraba completamente paralizado, una situación que achacaba a una decisión del antiguo Gobierno central dirigido por el PSOE. Sin embargo, esta iniciativa puede dar ahora un paso adelante, pues la alcaldesa, Esperanza Oña, anunció ayer que va a mantener una reunión en febrero con el secretario de Estado de Medio Ambiente para tratar esta problemática e intentar desbloquearla de forma definitiva.

En este sentido, la regidora detalló que el pasado 3 de enero remitió una carta al ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, en la que recordaba "la deuda" que mantenía el Estado con este proyecto, ya que la actuación, cuya licitación fue paralizada en 2004, debe ser financiada por el Gobierno. Apenas una semana después recibió una respuesta en la que se informaba que se había trasladado el asunto al secretario de Estado, Federico Ramos de Armas. "Hoy (por ayer) hemos recibido una llamada del Ministerio para darme cita el próximo día 14 de febrero. No sé lo que saldrá de esa reunión, porque hace ocho años había dinero, pero ahora no lo hay. Antes no hubo ninguna respuesta", aseguró Oña.

La alcaldesa señaló que espera poder conseguir un plan cerrado para llevar a cabo las obras, aunque aseguró que entendería que se atrasasen por la falta de dinero "aunque no por el boicot a Fuengirola que se realizó". Asimismo, informó que el recurso que interpuso su día el Ayuntamiento contra el Ministerio de Medio Ambiente "sigue en pie", todo hasta que se consiga un compromiso formal. "El paseo marítimo es un derecho de Fuengirola, gobierne quien gobierne", ultimó la alcaldesa.

La obra pendiente parte de un acuerdo entre el Consistorio y el Gobierno a través del cual se establecía una remodelación integral del paseo marítimo, aunque debido a la envergadura del proyecto se dividió en cuatro partes. Así, se estableció que el Ayuntamiento ejecutaría el 25% de la actuación, mientras que la administración central asumiría el resto. En 2004 salió a concurso la cuarta y última fase, aunque Oña recordó que en julio de 2004 se anuló la licitación.