Provincia

Piedras, las mejores aliadas de los bañistas

  • El Ayuntamiento marbellí ha decidido regenerar las playas de San Pedro convirtiendo los guijarros en grava

Tropezar con un pedrusco puede estropear un día de playa. Sin embargo, en San Pedro Alcántara las piedras se han convertido en las mejores aliadas para los bañistas que se acerquen a la costa en Semana Santa. ¿El motivo? Desde el pasado martes, una máquina se encarga de romper las rocas de la playa de Cortijo Blanco hasta convertirlas en arena.

Ante el mal estado en que se encuentra el litoral sampedreño, el Ayuntamiento de Marbella decidió regenerarlo con las propias piedras que minan la orilla y el mar, según explicó el concejal de Medio Ambiente, Antonio Espada (PP).

La puesta en marcha de este proyecto, pionero en la provincia de Málaga, ha sido posible porque Demarcación de Costas ha destinado una partida presupuestaria para contratar las dos máquinas. La primera es una giratoria que se ocupa de extraer todas las piedras que va encontrando en la playa, mientras que la segunda, que se mantiene fija, contiene un cilindro con tres muelas que golpean los cantos recogidos hasta que son triturados.

No se trata de una tarea sencilla o rápida. Algunas de las rocas seleccionadas pesan entre setenta y ochenta kilos, y deben convertirse en granos de grava que no superen los tres o cuatro centímetros de grosor, según apuntó Espada.

Para que esto sea posible, la segunda máquina se ocupa de filtrar sólo la arena que resulta lo suficientemente fina al tacto de los bañistas. Además, las montañas y depósitos que van surgiendo en la orilla gracias a la intervención humana, serán extendidas posteriormente por maquinaria de la delegación de Playas. En ese sentido, el responsable municipal explicó que las mareas y el viento también se encargan de alisar esta arena nueva, que no difiere en color ni textura con la que existía antes.

En cuanto a por qué se ha seleccionado la playa de Cortijo Blanco, Espada aseguró que la principal razón es que al encontrarse situada entre la bocana de los ríos Guadaiza y Guadalmina, la arena nunca se ha quedado depositada en grandes cantidades y las piedras procedentes de los cauces han terminado campando a sus anchas.

Aunque cree que puede ser una solución transitoria que podría aplicarse en otras playas del término municipal, el concejal considera que el litoral sampedreño no tendría que ser regenerado varias veces al año si se construyese un kilómetro de espigón sumergido a unos 200 metros de la costa. Mientras tanto, el Consistorio deberá conformarse con esta iniciativa que genera unos 300 metros cúbicos de arena al día.

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