Provincia

San Lorenzo, lugar histórico del recuerdo

  • El cementerio recibe la distinción en un acto no exento de polémica

El cementerio de San Lorenzo de Ronda es desde ayer lugar de la Memoria Histórica de Andalucía, quedando reflejado este hecho en una cartel anunciador que se colocó junto al patio de alberga la fosa común que existe en el campo santo rondeño y en la que se estima que hay unos 1.700 euros.

El acto, que contó con la presencia del director general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, Luis Naranjo, el delegado del Gobierno en Málaga, José Luis Ruiz Espejo, y la teniente de alcalde del Ayuntamiento de Ronda, María del Carmen Martínez, no estuvo exento de polémica, ya que el presidente de la asociación de familiares de represaliados por el franquismo, Francisco Pimentel, se encontraba situado a escasos metros bajo una pequeña carpa y anunció que iniciaba una huelga de hambre por la marginación a la que considera que la dirección general está sometiendo a su colectivo.

Pimentel, comunicó que no abandonará la huelga mientras no se produzca una revocación del decreto por el que la Junta de Andalucía asume los trabajos de exhumación de la fosa rondeña, que se espera que puedan iniciarse en pocas semanas.

A pesar de la protesta con carácter indefinido, el director general rechazó dicha posibilidad, aunque sí que se mostró dispuesto a tratar de llegar a un acuerdo con la asociación de familiares para que participen en el proceso, eso sí, bajo la dirección arqueológica de la Junta de Andalucía.

En cuanto al inicio de las exhumaciones, Luis Naranjo aseguró que los trabajos podrían comenzarse "en semanas", una vez que el Ayuntamiento de Ronda conceda la pertinente licencia para dicha actuación, algo que se espera que se produzca en los próximos días.

Además, se mostró confiando en poder abarcar con el presupuesto previsto de 17.000 euros el proyecto planteado, para el que contarán con la colaboración de voluntarios.

Precisamente, este es uno de los aspectos que la asociación de familiares rechazada, ya que, según dijo su presidente, Francisco Pimentel, "buscan sacar cuatro carabelas y colgarse una medalla con nuestros muertos".

En este sentido, Naranjo reconocía que la primera fase únicamente incluye la exhumaciones y la conservación de los restos, a la espera de una posterior identificación para darle sepultura.

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