PATRICIA GODINO

Travesía literaria por Andalucía

  • Ocho escritores andaluces realizan un paseo literario por la región a través de los libros y autores que mejor han recogido el sentir de sus provincias > De la visión romántica del exilio a los libros denuncia, he aquí una selección

Si la historia de los sitios no es como nos gustaría que fuera, inventen la historia de esos sitios y ya será la historia de esos sitios”. Con esta cita se abre Huelva. Guía para visionarios (Colección de Narrativa Gerión, 3. 1996), un libro escrito por Capitán Francisco de las Dunas, el seudónimo bajo el que se esconde el periodista y escritor onubense Paco Pérez Gómez. Ficción y no ficción se dan la mano en sus páginas. Siguiendo el espíritu de esta guía quimérica, y con la excusa de realizar un paseo por Andalucía que escape a las ortodoxas guías de viaje, RdA propone a ocho autores andaluces que rescaten esos libros plagados de recuerdos evocadores de calles y rincones que otros han dejado escritos. Todos dicen que están a la espera de leer, o de escribir, la novela definitiva sobre Andalucía.

Huelva

Hipólito G. Navarro (Huelva, 1961) prolífico autor de relatos y cuentos, propone en el cincuentenario de la muerte de Juan Ramón Jiménez “la visión universal del Sur de Platero y Yo”. Además, G. Navarro rescata los poemas en los que el Nobel se recrea en las estampas campestres de su infancia y adolescencia: Entes y flores de mi infancia; Piedras, flores y bestias de Moguer y Josefito figuraciones. Pero, además de esta imágenes bucólicas de la Huelva rural, la realidad de la provincia ha inspirado novelas de una temática más dura. Una de ellas es El metal de los muertos, de Concha Espina, un reportaje novelado con fotografías de la época, los primeros años del siglo XX, sobre el conflicto laboral planteado por los mineros de Riotinto. El libro, además de erigirse como una novela de denuncia social, es un paseo por la “Huelva estuaria en la que se reconocen La Rábida, las playas de El Portil y Punta Umbría”.

Sevilla

Una Sevilla diferente. La que no responde al tópico. Eso fue lo que plasmó Manuel Ferrand en Con la noche a cuestas. La novela, que mereció el Premio Planeta en 1968, es un paseo por la Sevilla del desarrollismo ambientada durante la construcción del barrio de Los Remedios, cuya lectura recomienda Manuel Gregorio González (Sevilla, 1970). Este escritor y crítico literario considera que “Sevilla está bastante escrita aunque son muchos los que coinciden en que le falta un libro. Cientos de autores se han acercado a conocer el Sur, con sus estandartes típicos y tópicos de la mujer andaluza, el romanticismo, la guitarra y el hechizo de la herencia mora. De Cervantes con Rinconete y Cortadilllo a autores como Richard Ford o Andersen en sus cuentos. Además de figuras universales como El barbero de Sevilla, el mito de don Juan, el de Carmen...” Pero, para González, quizás sea Ocnos, de Luis Cernuda, escrita en el exilio en Glasgow, la obra que evoca la Sevilla más íntima, reconocible, ajardinada y paradisíaca, sin que aparezca nunca explícitamente nombrada.

Cádiz

Trafalgar, de Benito Pérez Galdós. Sin titubeos. Para el escritor y periodista Alejandro Luque (Cádiz, 1974) “ninguna de las obras posteriores ni los best sellers que han venido superan este capítulo de los Episodios Nacionales, promete muchas horas de placer”. Para seguir viajando por Cádiz capital y el espíritu gaditano, “nada mejor que Las mil noches de Hortensia Romero, del maestro Fernando Quiñones, una manifestación de la forma de asumir la fatalidad gaditana con una sonrisa”. En la línea del desenfado, Luque propone Detective sin licencia de Rafael Marín: “además de ser guionista de cómics de la Marvel, es autor de novelas de ciencia ficción. En esta novela parte de un Trofeo Carranza para componer un divertimento fantástico”. Y por último, Manteca colorá de Montero Glez, con una trama ambientada en la provincia, desde la comarca de La Janda hasta el Campo de Gibraltar, que describe con inteligencia, gracia y atención a su idiosincrasia una zona tan compleja.

Pese a que Cádiz es una provincia prolífica en autores, Luque cree que “le falta una gran novela” porque ha sido “más cantada que escrita, quizás por cierto pudor de los escritores a ambientar sus ficciones aquí”. E insiste: “Falta por llegar la gran novela del Carnaval gaditano”.

Málaga

Esa Málaga que no aparece en las guías de la Costa del Sol, que no está llena de neones ni de carteles de inmobiliarias es por la que Antonio Soler pone a pasear a los jóvenes protagonistas de El camino de los ingleses (Premio Nadal, 2004). Ésa es precisamente la ciudad que, “por no ser la Málaga típica, de la playa y los espetos”, recomienda visitar, a través de la obra de Soler, Pablo Aranda (Málaga, 1968), escritor y columnista malagueño. Si se lee la novela con un callejero en la mano es muy fácil reconocer diferentes calles y enclaves de la ciudad, y además “lo que no se explicita en el libro se ve en la película [que dirigió Antonio Banderas]”.

Córdoba

Córdoba no es una ciudad que se haya visto muy reflejada en los libros. Así lo cree Salvador Gutiérrez Solís (Córdoba, 1968). “Hay que remontarse a los poemas de Góngora, la Fuenteovejuna de Lope de Vega o El collar de la paloma de Ibnn Hazm”, enumera. Pero es La feria de los discretos, de Pío Baroja, la obra en la que Gutiérrez Solís acaso encuentre más similitudes con la urbe actual. “La escribió durante su estancia en la ciudad y debe ser que no le gustó mucho lo que vio, porque es crítico con ella. No por la ciudad en sí, sino por la mentalidad provinciana, decadente, recelosa y cotilla de sus gentes”. Sin embargo, de entre las nuevas novelas cuya trama se escenifica en la ciudad de la Mezquita, Gutiérrez Solis recomienda la lectura de La suite de Manolete (Alianza Editorial), de Joaquín Pérez Azaústre y ambientada en la España de la posguerra: “Refleja una Córdoba más contemporánea, que pasea por el centro, desde la casa palacio donde vivía el diestro a la ciudad más tradicional, como el barrio de Santa Marina”. Por último, el escritor cordobés invita a una ruta por el valle de Los Pedroches a través de El libro de las aguas, de Alejandro López Andrada y que ya tiene versión cinematográfica.

Granada

Para viajar por la ciudad de la Alhambra, Julio José Cabanillas (Granada, 1958), poeta y traductor de G.K. Chesterton, antepone los poemas de Luis Rosales a cualquier otro autor granadino. “A Granada uno se puede acercar a través de Lorca, de Las leyendas de la Alhambra de Washington Irving o de tantos otros, pero ninguno supera a los recuerdos que evoca Luis Rosales. La casa encendida y Rimas contienen textos bellísimos”. Luis García Montero y Miguel D’Ors sirven para el mismo propósito. D’Ors escribe sobre una Granada fría, otoñal y lluviosa. Sin embargo, si bien en la poesía la ciudad ha estado bien reflejada, Cabanillas piensa que “falta una novela, una gran novela de la ciudad”. Él tiene una, El otro, aún inédita. Quizás sea esa.

Almería.

La Chanca y Campos de Níjar, de Juan Goytisolo. Son estos dos títulos los que Juan José Ceba (Albox, Almería, 1951) destaca como obras que han trascendido lo literario. “Es en La Chanca donde Goytisolo recoge el testimonio de la miseria de un barrio abandonado por la Administración desde el franquismo, barrio que por otra parte es el que da origen a la ciudad. No es sólo de viajes, es un libro denuncia, que ha trascendido las fronteras para ser  el germen del cambio del barrio”. De poesía, Ceba propone “dejarse llevar por la luz de Almería a través de los poemas de José Ángel Valente, por ejemplo, en Fragmentos de un libro futuro” y pasear por los paisajes del norte de la provincia con los versos de Julio Alfredo Egea.

Jaén

Se puede recorrer la historia de Andalucía de Este a Oeste a través de las obras del Jesús Maeso de la Torre (Úbeda, Jaén, 1949). Prolífico autor de novelas históricas, el autor de best sellers como Al Gazal, Tartessos o La profecía del Corán, cita Sefarad y El jinete polaco de su paisano Muñoz Molina como preciosos recuerdos de la Úbeda de niño. “Eslava Galán en Catedral y En busca del unicornio escoge a caballeros jienenses como protagonistas”, cita Maeso, que insiste en que está por llegar la novela definitiva de Jaén. Acaso haya que buscar la universalidad en lugar del localismo. Xuan Bello escribió sobre su pueblo, Paniceiros, una pequeña aldea perdida en Asturias. Y lo llamó Historia universal de Paniceiros. El mundo entero pasó por allí.

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