OPINIÓN. A CIENCIA ABIERTA

Sobre la vida II: vida extraterrestre

El arquitecto Buckminster Fuller (1895 -1983) acuñó una frase tan afortunada que suele atribuírsele a Carl Sagan o al mismísimo Arthur Clarke. Dice así: “A veces creo que hay vida en otros planetas y a veces creo que no. En cualquiera de los dos casos la conclusión es asombrosa”. Es una frase redonda. Demasiado redonda para mi gusto porque estoy en desacuerdo con su simetría. Trataré de explicarme.

Cuando NASA preparaba la misión Viking para buscar vida en Marte, se creó una comisión de psicólogos y filósofos para, llegado el caso, anunciar cuidadosamente la existencia de vida extraterrestre. Tras los resultados negativos de los experimentos, la comisión se disolvió por falta de caso. Hoy, treinta años después y sin otras pruebas más conclusivas, prácticamente todo el mundo da por hecho que existe vida fuera de este planeta. ¡Misterios de la ciencia! O más bien el resultado de la inmensa apuesta financiera del gobierno americano, a raíz de un artículo publicado en Science en 1996 sobre “evidencias” de vida en un meteorito marciano –que hoy nadie cree– y de una teoría basada en el argumento probabilístico de que si hay vida en la Tierra la habrá en otros planetas que se le parezcan.

Contestemos a la pregunta ya: ¿Existe o no existe vida extraterrestre? La respuesta es la siguiente: No tenemos ninguna prueba, ninguna, de que existan otros mundos con vida. Ni tampoco de lo contrario. Es decir, tampoco podemos afirmar que la vida en la Tierra sea un evento único en el Universo. Así que si mañana se encuentra vida o rastros fehacientes de vida en Marte o en algún otro lugar de nuestro sistema solar, no me sorprendería. Lo comentaría con mis estudiantes y colegas y me iría con mis amigos de tertulia a tomarnos unas copitas y hablar de los detalles. Habría que aguantar a algún que otro fantasmón de los de ¡si ya lo decía yo! y ya está. Nada intelectualmente excitante excepto si la vida allá fuera muy distinta de la nuestra.

Pero supongamos que no encontramos vida en Marte. Supongamos que después de mucho buscarla llegamos a la conclusión de que no hay vida marciana. Eso me sorprendería mucho más porque siendo la historia geológica del Marte joven tan parecida a la de la Tierra joven, siendo ambos planetas tan similares cuando apareció la vida en la Tierra, ¿porqué no apareció también la vida en Marte cuando lo hizo aquí? Eso ya sería un problema inquietante.

Y desde luego, si en el futuro lejano, alguna vez se demostrara que no existe vida fuera de nuestro planeta, ni en nuestro sistema solar, ni en nuestra galaxia, ni en ninguna otra galaxia de los millones de galaxias que conforman el Universo, entonces eso me asombraría aún más y ¡dios mío! (nunca mejor dicho) el desafío intelectual sería fascinante.

Para salir de dudas sería más fácil que los extraterrestres tuvieran a bien visitarnos de una vez por todas porque, como le oí decir a una señora en una bendita noche de verano andaluz, “si dicen que nosotros hemos subido a la luna, ellos con dejarse caer …”.

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