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Un embudo arriba y feble atrás

  • El Betis de Víctor continúa en caída libre y exhibe las carencias ofensivas y defensivas que no aparecen en la libreta del técnico

  • Los cambios sólo sirvieron para desordenar más

La pizarra del Betis.

La pizarra del Betis. / FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía

El Betis está en caída libre y los síntomas se vienen observando desde hace algún tiempo para cualquiera que presencie los encuentros de este equipo de Víctor Sánchez del Amo, por más que el técnico analice un partido distinto desde su libreta en cada jornada. El juego ofensivo ha desaparecido casi por completo y atrás el Betis concede numerosas ocasiones a sus rivales, que tampoco necesitan exponer demasiado para hallar los goles. Ni el 5-3-2 o su variante ayer más cercana al 3-5-2 o el 4-4-2 que se posicionó por momentos, nada altera el pobre rendimiento de un equipo al que ya casi tampoco sostienen Adán, Dani Ceballos y Rubén Castro, los tres que poseen una cualificación superior al resto.

Los números no engañan y este Betis de Víctor suma menos que el de ¡Gustavo Poyet! en las once primeras jornadas de la segunda vuelta y únicamente la mediocridad de esta Liga permite que los verdiblancos aparezcan todavía con una amplia renta con la zona de descenso. Y si Víctor todavía goza de crédito para seguir en el banquillo es por la incapacidad de los dirigentes, incluido el director deportivo.

Defensa

El técnico sólo refrescó al equipo con Piccini por Rafa Navarro, pero sí varió de partida la posición de sus carrileros, que se ubicaron a la altura de Rubén Pardo para ayudar en la presión alta con la que el Betis intentó ahogar al Villarreal. Con ese planteamiento, ya realizado en otras ocasiones, sobre todo en Heliópolis, los verdiblancos al menos mantuvieron al Villarreal lejos de su área. Eso sí, en cuanto bajaron las revoluciones béticas comenzaron a aparecer los espacios alrededor de Rubén Pardo, lo que permitió que los visitantes se fueran al descanso con una clara ocasión en las botas de Sansone.

El gol de Adrián, casi al salir de la caseta, ya sí alteró por completo al Betis. Víctor movió ficha y pasó a una línea de cuatro primero con Tosca y Bruno de laterales, y luego recuperó la de tres con la inexplicable entrada de Donk como central. El Betis ya era un caos y sólo la ineficacia de Bakambu o Samu Castillejo permitió llegar con vida al final.

Ataque

Sin recuperar en zonas adelantadas, pese a la presión ejercida, el ataque posicional retrató a los de Víctor. Los carrileros apenas aparecieron y el Betis acabó siendo víctima de su propio embudo en sus intentos por el centro. Rubén Castro, de mediapunta, intentó enlazar con Dani Ceballos, pero apenas se sumaban efectivos al ataque para desarbolar el orden del Villarreal.

Con el tanto en contra, Víctor ya sí desató a su equipo, pero sin orden ni tampoco acierto. Joaquín fue una sombra respecto al de la primera parte del campeonato y apenas los arrebatos de orgullo de Rubén Castro y Álex Alegría -Sanabria estuvo desaparecido toda la noche- generaron algo de peligro.

Virtudes

El intento de presión alta, aunque ayer sirviera de poco ante un Villarreal que la rompió con toque o con balón en largo.

Talón de aquiles

Le generan ocasiones con muy poco y arriba es muy romo.

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