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El contacto regular entre médico y paciente es clave tras un infarto

  • Un estudio analiza el seguimiento en terapias preventivas

La enfermedad cardiovascular, y en particular la enfermedad coronaria y el ictus, son responsables de una de cada tres muertes en el mundo. Esto supone unos 17 millones de muertes al año, y el número de personas que presentan riesgo continúa incrementando. La Federación Mundial del Corazón prevé que la mortalidad por enfermedad cardiovascular aumente hasta los 24,2 millones de personas en el año 2030, y que el 80% de esta carga se produzca en los países de renta per cápita baja y media, como Rusia, Brasil y China. En este contexto se ha presentado recientemente el estudio Aspirin Underutilisation and Compliance in CVD Treatment (ACT) sobre la infrautilización de aspirina a dosis bajas para la prevención de la enfermedad cardiovascular.

El estudio ACT, basado en la respuesta de 7.363 médicos de 18 países de Europa, Asia-Pacífico y Sudamérica, a un cuestionario on line, reveló que, aunque la terapia con dosis bajas de aspirina fue recomendada a más del 85% de los pacientes que habían sufrido un infarto de miocardio previo, el cumplimiento de esta terapia fue subóptimo. Parte del problema parece residir en la falta de contacto regular entre médico y paciente tras la aparición del infarto, contacto que va desde el 45% de Sudamérica, pasando por el 65% de Europa, hasta el 72% de Asia-Pacífico. La visita al médico no fue suficiente para asegurar que los pacientes siguieran el tratamiento.

"Incluso las personas con un buen seguimiento por parte de sus médicos han realizado un cumplimiento subóptimo de la terapia con aspirina, lo que nosotros atribuimos al insuficiente diálogo entre pacientes y médicos en relación al tratamiento" ha comentado el Profesor Augusto Zaninelli, investigador del estudio. "Incrementar la implicación del paciente en el proceso de toma de decisiones es una medida clave para aumentar el cumplimiento de la terapia", añade. El no cumplimiento de la terapia prescrita en el estudio ACT fue de un 29% en Europa, 35% en Latinoamérica y 37% en Asia-Pacífico.

Las guías actuales de práctica clínica, que incluyen las de la Asociación Americana de la Diabetes, la Sociedad Europea de Cardiología, la Asociación Americana del Corazón y la Asociación Americana del Ictus, entre otras sociedades médicas destacadas, aconsejan a los médicos que consideren la terapia con ácido acetilsalicílico a dosis bajas para la prevención, tanto primaria como secundaria, de accidentes cardiovasculares. Sin embargo este tratamiento sigue siendo infrautilizado a pesar de que, según la OMS las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte e incapacidad en el mundo.

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