Infancia

La educación nutricional consigue cambiar hábitos

  • Los programas de alimentación saludable impartidos en colegios aumentan su eficacia si implican al profesorado

Los programas de educación nutricional en las escuelas son efectivos. Funcionan, sobre todo, si consiguen implicar a profesores y a madres y padres y si se traducen en acciones transversales. Concretamente, suponen un aumento significativo del consumo en la comida de ensalada y verdura cocinada (del 17% al 29%) y fruta (20,7% al 36,6%). Eso son los datos correspondientes al estudio realizado por el Josefina Luz de Santiago, Coordinadora del programa de Educación para la Salud en la Escuela del Instituto de Educación Secundaria El Bohío. en Cartagena. Su humilde experiencia aparece en el último número de la revista Nutrición Clínica y Dietética Hospitalaria .

Según el trabajo publicado, este programa no incluye el diseño de actividades transversales en las distintas materias. "Pensamos que si a las actividades de tutoría y a los programas diseñados por los formadores, le añadimos esta otra actuación desde el centro, se implican más profesores y por tanto, repercutiría más en los alumnos", explica en las conclusiones Josefina Luz de Santiago Restoy, del citado departamento.

Asimismo, apuesta por mejorar las labores de investigación en este área y trabajar para encontrar la forma de acceder e implicar a las familias y de interesarlas en este tipo de programas, "pues hemos comprobado que, a medida que los niños crecen, los padres pierden interés por la alimentación de sus hijos".

La eficacia de estos programas se ha probado, pero no así la perdurabilidad de sus resultados. "Al final del curso hemos tenido éxito al conseguir ese aumento en el consumo de frutas, aunque no sabemos si este cambio de actitud se prolongará en el tiempo, o estará directamente relacionado con el seguimiento del programa", señala el estudio.

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