Semana Santa

Domingo de misterio

La jugada salió bien. El tiempo atmosférico mantuvo en vilo a la jornada del Domingo de Ramos. Cayeron gotas que metieron miedo a las ocho hermandades que salieron a la calle, previos informes meteorológicos en la mesa y posibles recorridos alternativos en caso de materializarse lo peor. La mañana se levantó despejada, con nubes algo tímidas. El mayor riesgo se concentró a las 17:30 cuando comenzó a caer algunas gotas. A esa hora estaban todas las hermandades en la calle, Pollinica recogida y Humildad que se lo estaba pensando. Fue un Domingo de Ramos de pura incertidumbre, de misterio. El tiempo en Málaga es muy traicionero, pero ayer la única traición venía de Capuchinos. Que siga así.

Pollinica

Fue una novedad que se convirtió, sin pretenderlo, en la batuta de la primera parte de la jornada de Palmas. La Cofradía de la Pollinica tuvo dos estrenos en cuanto a itinerarios. Por un lado su entrada a la Alameda Principal por la calle Torregorda. Por otro, la incorporación de las calles Casapalma y Madre de Dios de camino a su casa hermandad. Y en ese punto, se fraguó la clave del día. Amén de que los tronos ya se resentían, la inclinación de las calles y el peralte contrario de las curvas, hizo que a la cofradía se le eternizara y provocó que se encerrar rozando las 16:00.

Sólo el recorrido de las calles finales hizo que la realidad de la cofradía cambiara. Desde su inicio la cofradía de San Agustín marcó un ritmo constante, bueno e inteligente. Y fue así porque se adaptó a la perfección a la agrupación musical de la Vera+Cruz de Campillos. En los tramos a tambor el trono del Señor recuperaba el tiempo que perdía a compás de la marcha, con lo que entró a la hora establecida en el recorrido oficial. La formación musical llevaba un repertorio muy ecléctico pero en el que predominaban las piezas clásicas como Padre Nuestro o Virgen de las Angustias que fue la que sonó tras Himno Nacional en la salida del trono del Señor o la La clámide púrpura a la altura del Pasillo de Santa Isabel. En cuanto la imagen, lucía el mantolín verde antiguo y un exorno floral muy variado y colorista, como acostumbra la cofradía en los últimos tiempos y bien puesto, lo que hacía que luciera más aún. El problema es el trono en sí por el mal estado que presenta, pero la cofradía se encuentra inmersa en la realización de uno nuevo bajo un diseño de Daniel García.

La Virgen del Amparo llevaba un cuidadísimo exorno floral que le favorecía mucho. En lo que respecta a la música, la imagen mariana fue acompañada por la banda de música de la Esperanza que demostró estar a un buen nivel.

Lágrimas y Favores

Cada año que pasa le sienta mejor a la procesión de la Virgen de Lágrimas y Favores. Está todo cuidado con el objetivo de enseñar un estar en la calle puramente alegre, pero sin llegar a lo grotesco o merdellón. Lágrimas llena de público allá por donde pasa. Hace que no haya vergüenza al cantar el himno de Lágrimas de San Juan, muestra un gusto exquisito en su estética y la cruceta musical, muy buena. Todo tiene su momento, todo está bien medido, incluso alguna de Paco Lola.

Los hombres de trono se arremolinaron en torno al trono, minutos antes de portar a la imagen sobre sus hombros. La banda de Carmona interpretó la marcha Lágrimas de San Juan (Abel Moreno) y todos cantaron al unísono el himno que compuso el hermano fusionado, Antonio Banderas. Tampoco faltó Carmen Cervera que presenció la salida desde el interior del templo de San Juan. Llevaba su medalla de Fusionadas. ¿Alguien pude decirle a Tita que sienta el respeto de la túnica y el calado del anonimato que aporta? Salir de nazareno tiene que ser más fácil y barato que montar un museo. Junto a ella acudió la política Alicia Sánchez Camacho que se sintió maravillada. Ahora hace falta que lo explique bien porque en Andalucía se trabaja, o se intenta, y también sabe rezar. La pregonera de la Semana Santa de este año, María del Carmen Ledesma, que estuvo en la salida acompañada por Banderas, tuvo el honor de dar los toques de campana.

El trono abandonó el templo con la marcha Reina de San Juan. La salida fue dificultosa si bien las dimensiones de trono hace que no sobre espacio alguno. Los pernos de la parte superior del farol que corona el arbotante derecho trasero se salieron. Fue el único incidente, sin más. La Virgen iba soberanamente vestida por Juan Miguel Moreno. El manto lucía una caída muy pura. La imagen llevó piñas cónicas de rosas rosas y claveles blancos en las ánforas. La Virgen recibió plegarias en forma de saetas durante todo el recorrido. Una de las más destacadas salió de la voz de Regina.

La imagen salió con Himno Nacional para seguir con Valle de Lágrimas en Calderón de la Barca. Torció para Fernán González con Lágrimas y Favores (R. Hernández), continuó por la calle Cisneros con Pasan los campanilleros y se introdujo en la calle Nueva con El Despertar. El trono anduvo con música y se bajaba cuando concluían las marchas. Casi todas las marchas tenían su particular coreografía por los hombres de trono que dejaron patente que habían ensayado. El resultado, positivo porque se puede hacer algo más que mecer a los titulares. Ensayar ya no es pecado. Solo hay que mentalizarse y aprender.

Huerto

Ver a la Archicofradía del Huerto es un cúmulo de sensaciones que se resume en una palabra; injusticia. No es de recibo ni para el cofrade, ni para el propio hermano y por encima de todos, ni para los sagrados titulares, lo que se destila de esta hermandad. Lo tiene todo, pero parece no aprovecharlo. Para empezar, dos imágenes de una grandísima calidad. Dos tronos de gran presencia. Pero ahí hay algo que falla y es el estado de semiabandono, si no de abandono total, que presenta el conjunto de la Virgen de la Concepción. La Archicofradía cuenta en su haber con un magnífico ajuar tanto para el Cristo como para la Dolorosa, por lo que es incomprensible que el palio aún no esté terminado, que sus razones habrá, o que el manto, una auténtica joya, se esté dejando morir de manera inexorable. Y además, se permite el maltrato que le profesan los portadores al remeter el filo para evitar molestias. A pesar del paso de los años, aún cuesta acostumbrarse a ver a la hermandad salir lejos de la parroquia de los Santos Mártires, pero registra momentos de cierta emotividad cuando el cortejo pasa por delante de la capilla de los Dolores del Puente.

En cuanto a la música, también una de cal y otra de arena. Todas la bandas que participaron (banda de cornetas Jesús Nazareno de Almogía, Los Verdes de Almogía y la banda de música de la Expiración) sonaron muy bien, pero las crucetas eran cuanto menos incomprensibles. Lo más llamativo fue el reviraje que ha sufrido el repertorio de la banda de la Expiración que interpretó marchas como Aniversario Macareno. Respecto al trono del Señor sonaron marchas que aunque de calidad no se corresponden con el corte de la procesión como Malagueña, Virgen de la Paloma.

Dulce Nombre

La hermandad franciscana demuestra cada año que da un estirón. ¿Motivos? El cortejo se hace más atractivo y el trono del Señor crece cada año. Incluso las diferencias de secciones son menos notorias. Se mantienen pero a menor nivel. La comitiva del Señor de la Soledad impone, el de la Virgen del Dulce Nombre es de un corte más alegre.

El trono del Señor presentó otra fase más de tallado del cajillo, que lo está ejecutando el rondeño Juan Carlos Sedeño. En cuanto al exorno, lució un friso de claveles rojos con otras flores de tonalidades moradas. La cofradía salió de su tinglao pasadas las 15:00. Un hermano de la junta de gobierno fue el encargado de dar los primeros toques de campana. El misterio salió con Soledad del Señor (J. M. Sánchez), que se estrenó. Después, la agrupación musical del Cautivo de Estepona interpretó Cautivo en tu Soledad. A su paso por la casa hermandad de la Sangre, en la calle Dos Aceras sonó Sangre en tus clavos. Ya en la plaza Uncibay se oyó Melodía de ensueño (S. Larrinaga).

Por su parte, la Virgen del Dulce Nombre llevó un exorno floral compuesto por claveles, liliums y margaritas en tonos blancos y amarillos. La imagen salió bajo los sones de María Santísima del Dulce Nombre (S. Bueno), para seguir por La Estrella Sublime, Virgen de las Aguas y Encarnación de la Calzada.

Salutación

Las hermandades son hermanas entre ellas, pero no primas. La Cofradía de la Salutación se puso en la calle unos minutos más tarde. El motivo fue el retraso de Pollinica para llegar a su salón de tronos de la calle Parras. El frente de procesión, que salió a su hora desde San Felipe, tuvo que ver el paso de los dos tronos. No quedaba otra. Unos venían de vuelta. Otros, a la espera para hacer su estación de penitencia. La cofradía arrastró retraso durante gran parte del recorrido.

Salutación llevó un nutrido cortejo de nazarenos, bien puesto en la calle y ordenado, con su velas apoyadas en el suelo. Ver callejear al Nazareno por la calle Curadero, con la marcha Alma Mía que sirvió para hacer la curva con la calle Huerto de Monjas, o Marqués de Valdecañas, fue emotivo. La agrupación musical San Lorenzo Mártir tocó Triunfal en el interior de San Felipe Neri para seguir con Himno Nacional y Santa Faz. Ya en la Tribuna de los Pobres sonaron Oración y Consuelo Gitano (Velasco).

Salud

La Hermandad de la Salud ganó con el cambio que anunció en su recorrido. Una vez que salió de San Pablo, el cortejo pasó por las calles Zamorano y Tiro. Eso también le permitió entretenerse un poco más. El Cristo de la Esperanza en su Gran Amor salió a la plaza de San Pablo con La Saeta. A su paso por el Puente de la Aurora, sonó Nuestro Padre Jesús de la Victoria. El Crucificado se presentó sobre un monte de claveles y alelíes de color cardenal rodeado con espino. Fue acertado. El trono anduvo a la perfección bajo los sones de la agrupación musical de Campillos, por lo menos hasta medianoche.

La Virgen de la Salud lució un fajín del general Daza, de la Guardia Civil, donado por la familia. El trono dejó el templo trinitario con la marcha Esperanza de Triana Coronada y Salud de la Trinidad. En la calle Zamorano sonó Madrugá de canela y clavo (Velázquez) mientras que Tiro se recorrió con Callejuela de la O. La Dolorosa lució piñas de rosas champagne y esquinas adornadas con nardos y rosas.

Prendimiento

La Cofradía del Prendimiento, no es sólo una forma de procesionar, sino una filosofía de vida. Cuando en algunos puntos de la ciudad algunas gotas de lluvia provocaron miedos a una salida penitencial frustrada, la cofradía del barrio de Capuchinos se echó a la calle en un arranque de esos que algunos califican de temeridad, otros de imprudencia y otros de valentía. El caso es que por la calle San Millán los tronos desfilaban en paralelo haciendo las delicias de un barrio que se vuelca con la imagen de Jesús del Prendimiento y la Virgen del Gran Perdón. Las imágenes salieron, después de la interpretación del Himno Nacional con la notas de las marchas Prendimiento y Malagueña del Gran Perdón (Gabriel Robles). La cofradía provoca en algunos casos que se relativicen, aunque no sean permisibles, algunos aspectos que la perjudican como el poco cuidado de algunos nazarenos en cuanto al calzado o la compostura en procesión.

La manera en la que andan esos tronos sólo se puede conseguir con la fortaleza que aporta el saberse capaz de todo. Pero, no todo el mérito está bajo los varales sino también junto a ellos. Ambos tronos cuentan con unos capataces que conocen y aciertan en cada uno de sus movimientos. La cofradía fue un clamor en cualquier punto de su recorrido como fue su paso por la Tribuna de los Pobres en donde el trono se alzó a puso directamente desde el suelo. Como hizo también a la entrada de la calle Larios y a su paso por la Tribuna Principal.

El punto y final a su majestuosidad, más allá del perfecto estado en el que los tronos salen a la calle, llegó como siempre en su subida por la calle Carrión un punto masivo de encuentro de cofrades en los que la física y el físico se echan un pulso. Prendimiento is different y así lo demuestra cada año.

En el apartado musical la cofradía también dejó un buen sabor de boca. En cabeza iba la banda de Bomberos que siguió demostrando su maestría. Además, la alegría que produce que, pese a las vicisitudes con los ensayos, puede seguir su actividad musical. Tras el Señor, que con su policromía oscurecida está muy favorecido, iba la banda de Zamarrilla, que tuvo una gran momento de unión con el trono en la bajada de la Cruz del Molinillo a los sones de la Marcha Fúnebre de Sors. Con la Virgen del Gran Perdón, preciosamente adornada con rosas blancas, iba la banda de música del Rincón de la Victoria que ha experimentado una mejoría considerable y que tocaron marchas de gran calidad como Alma de la Trinidad.

Humildad

Era uno de los estrenos que más expectación había levantado. La hermandad victoriana puso en la calle a su nuevo grupo escultórico. Había estado expuesto durante la Cuaresma en la agrupación de Cofradías pero ahora sólo faltaba verlo en todo su esplendor encima del trono y ver convertida en realidad esa especie de coreografía como la definía su propio autor, el onubense Elías Rodríguez Picón. La escena reforzaba el conjunto, pero su ubicación en el trono provocó que el Cristo perdiera su posición central de hegemonía.

Pero esto fue posible gracias a que la lluvia decidió no estar presente. A pocos minutos de que se iniciara la procesión un chispeo hizo que la hermandad retrasara su salida. Al informarse de que el fenómeno de condensación rápida como explicaban desde meteorología, había acabado decidieron ponerse en la calle. El Señor de la Humildad salió a los sones de la marcha Réquiem, (B. Puelles), interpretada por la banda de cornetas del Paso y la Esperanza. Cada año que pasa la unión entre la formación y el trono es más perfecta si cabe. Un ejemplo, el paso de la corporación por la calle Granada.

Debido a esos minutos en los que tardaron en salir, la Humildad mantuvo conversaciones con la Agrupación de Cofradías, y para evitar multas, la Humildad se propuso recuperar el tiempo perdido de camino a la Catedral y lo consiguió. Su cortejo era numeroso pero presentaba dejadez en algunos aspectos, como en la colección de calzado variado y bajos de pantalones asomando, empezando por el pertiguero de los ciriales del Señor.

Otras de las novedades venía precisamente del trono de la Virgen de la Merced, ya que el San Juan había cambiado de postura. Salió con la mano sobre la espalda de la Virgen , lo que provocaba una imagen de más compañía.

A las 21:10, la cofradía salió de la Catedral sin problemas a pesar de que el recorrido fue más corto debido a la exposición sobre la Sábana Santa.

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