Semana Santa

Mena desafía al cielo

  • La Congregación es la única en recorrer las calles de la ciudad · Recortó su itinerario para realizarlo en casi cuatro horas · El camino de vuelta lo hizo por la calle García Caparrós y siguió por el puente de la Esperanza

La Congregación de la Buena Muerte y Ánimas y la Virgen de la Soledad hizo ayer un auténtico desafío al tiempo. La corporación dominica decidió echarse a la calle a su hora establecida. En ese momento, cinco de las siete hermandades ya habían dicho que no salían. Pero Mena tuvo claridad de decisión en un día con mucho gris. Se la jugaba. A las 19:50, la comitiva comenzó a andar para abrir la jornada de procesiones del Jueves Santo. Lo abrió y lo cerró porque la Archicofradía del Paso y la Esperanza confirmó a las 21:30 la suspensión de su procesión.

La Congregación tomó una serie de medidas para hacer que su estación de penitencia por las calles de Málaga fuera lo más rápidamente posible, para esquivar la lluvia que amenazaba con caer. Lo primero que hizo fue imprimir un mayor ritmo al recorrido. Menos paradas y descansos no tan prolongados. Iba a paso legionario, nunca mejor dicho. Una prueba, el trono del Cristo recorrió dos terceras partes de Larios en poco más de diez minutos. Lo segundo estuvo relacionado con el itinerario que fue recortado. Así, tras recorrer la calle Carretería, la corporación siguió por el Pasillo de Santa Isabel, parte de la calle García Caparrós para torcer a la derecha y coger el Puente de la Esperanza. Después vino Cerezuela y la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás. Evitó así la plaza de Arriola, la calle Sagasta, Puerta del Mar, Alameda (norte). Esto se tradujo en hacer el recorrido en tres horas. "Señores hay que alargar el paso", decían los capataces.

El Cristo de la Buena Muerte y Ánimas salió sobre las 20:10 a los sones de El Novio de la Muerte. En ese momento chispeaba en la salida pero al decisión era firme, seguir. Este año, la compañía de Honores del Tercio Duque de Alba, II de La Legión, con sede en Ceuta fue la que acompañó al Crucificado. En total, 145 legionarios acudieron a la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás en la procesión y los demás actos de la Congregación -compañía de honores, banda de guerra, banda de música, comisiones, representaciones, escuadras de gastadores y guiones-. De esa cantidad, 135 fueron soldados, siete suboficiales y tres oficiales. La tropa era la tercera compañía, segundo tercio, cuarta bandera (Cristo de Lepanto) del Tercio Duque de Alba.

A las 20:30 salió la sección de nazarenos de la Virgen de la Soledad. Se notó el ritmo largo que le imprimió la hermandad ya que, en un una jornada sin contratiempo, la Congregación tarda casi una hora en ponerse entera a la calle. El trono del Cristo tardó unos diez minutos en recorrer Cerezuela y la calle Jesús Nazareno del Paso para llegar, casi, a la altura del edificio de Hacienda. A las 20:35 salió la Virgen de la Soledad bajo los sones del Himno Nacional para enlazar con la Salve Marinera, que contó con una representación de La Armada. Aplausos y vítores salieron del público que arropó a la Congregación en su caminar. Sobre las 20:30, la cruz guía ya estaba en la Alameda. Ya no hay vuelta atrás. Ahora tocó caminar hacia delante, pasara lo que pasase. Poco menos de una hora después pasaba delante de la tribuna oficial. La calle Larios presentó una estampa insólita. Todas las sillas no estaban ocupadas. Pero las bocacalles de Larios estaban llenas de público que buscaban un hueco para ver la procesión.

Sobre las 22:30, el trono del Cristo llegó a la Tribuna de los Pobres. En ese momento cayeron algunas gotas, un ligero chispeo que cesó.  El manto de la Virgen tuvo que ser protegido para lo que se utilizó los plásticos que evitaron un mayor riesgo en la pieza. A las 23:41, el Cristo de la Buena Muerte comenzó a entrar en la casa hermandad.

La incertidumbre por el riesgo de lluvia es uno de las mayores angustias que ahogan a una cofradía. El temor se traduce en nervios y preocupaciones para el hermano mayor y su junta de gobierno que tienen que reunirse una y mil veces, hacer cientos de llamadas y prever lo que puede ocurrir. Sin embargo lo vivido ayer dejó claro lo que había que decidir. No había nada que pensar ni calcular, excepto Mena que se lanzó a la calle. Fue un Jueves Santo sentenciado desde las 17:00 pero hubo resquicio para hacer estación de penitencia por las calles de la capital. A esa hora salir era imposible y una locura plantearlo pero ahí estaba la valentía de la Congregación, ya que una tormenta zanjó cualquier posibilidad de salir. Sí, fue Jueves Santo pero no relució más que el sol. Y volvió a tocar peregrinar a los templos, a las casas hermandades para visitar a las imágenes.

La tormenta comenzó a descargar agua intensamente. Sonaban relámpagos, truenos y caía agua a mantas. Algunas hermandades siguieron el protocolo a seguir, esto es, reunirse para ver qué decisión tomar. Fue eso, el guión que marca el protocolo porque estaba claro que habría Jueves Santo, pero sin procesiones, sin ninguna imagen recorriendo las calles. Pero ahí estaban el Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Soledad. Lo que tenía que ser un camino lleno de capirotes, de cirios encendidos y de olor a incienso se tornó en estampas donde predominaban paraguas abiertos, que se cerraron al paso de la corporación dominica. A las 19:15 el sol hizo acto de presencia, pero el riesgo de lluvia persistía. Sus rayos sirvieron para armar de valor a Mena.

La Virgen de la Soledad lució radiante, bien ataviada y con un manto de lujo. El ingeniero del diseño, Jesús Castellanos, ha hecho que la Soledad sea guapa hasta por la espalda. La Dolorosa lo llevaba con caída por arriba y estirado por debajo. También hay que destacar el gran trabajo del taller de Salvador Oliver que le ha dedicado más de 100.00 horas de trabajo. La Soledad entró en la calle Larios bajo los sones de Pasa la Virgen Macarena, interpretada por la banda de Torredonjimeno, Jaén

tampoco a la catedral.

Las previsiones de lluvia que se anunciaban para la jornada el Jueves Santo no daban demasiado margen para la esperanza. Había previsto un 100% de probabilidades de lluvia pero a las tres y cuarto de la tarde, hora de la salida de la hermandad de Santa Cruz el agua no había hecho acto de presencia. El riesgo sin embargo, seguía ahí. Con la prudencia por bandera Santa Cruz decidió retrasar el inicio de su procesión hasta las 18:00.

Como mandan los estatutos de la corporación de la parroquia de San Felipe Neri, el pilar de su salida penitencial debe ser la estación en la Catedral. Por esta razón, al cofradía decidió acortar su recorrido y procesionar directamente hasta el primer templo de la diócesis. Y a la salida volver directamente de nuevo hasta su sede. Mientras, la banda de música de Las Flores hacía un pasacalles improvisado de camino hacia el templo para hacer tiempo. Pero la lluvia apareció. Una gran tromba de agua apareció a pocos minutos de la hora prevista para la salida. Finalmente la cofradía decidió suspender su salida procesional.

La Virgen de los Dolores en su Amparo y Misericordia permaneció en su trono bajo el dintel del templo para recibir las miles de visitas que se acercaron hasta San Felipe Neri, que presentaba una estampa distinta, ya que aún se encuentra en obras. Hasta las diez de la noche, hora en la que la hermandad tenía previsto su encierro, las puertas permanecieron abiertas.

Allí también esperaban, aún vacías, las andas procesionales de la Virgen de los Dolores de Servitas. Si el tiempo no lo impide San Felipe será testigo de su salida.

Un trono como un sol

La Cofradía de la Cena tenía prevista hacer su salida a las 17:00. Fue poco después cuando la tormenta comenzó a caer. Sobre las 17:30, el hermano mayor de la corporación, Rafael López Taza anunció la decisión que todo el mundo esperaba pero que nadie quería oír: la Sagrada Cena no saldría por las calles de la capital para hacer su estación de penitencia. Estaba claro que si tenía que suspenderse la procesión, la mejor manera es así, sin dudas, con una tormenta dominando los cielos. "Otras hermandades han tenido más mala suerte ya que tenían la duda de salir y que les lloviera. Lo mejor, aunque sea muy duro decirlo, es que sea de esta forma. Estoy con dolor pero satisfecho con la decisión que hemos tomado".

La cofradía tenía previsto numerosas novedades. Una de ellas era la ejecución definitiva del trono del Señor ya que tenía algunas partes que permanecía inconclusas según el diseño que dibujó Guzmán Bejarano. Así, el canasto del trono carecía de algunos elementos como la crestería, ejecutada por Manuel Toledano, que además ha completado un moldurón en la trasera que permanecía inacabado. "El sol hoy lo pone el trono de mi Cristo", señaló López Taza.

Los tronos del Señor y de la Virgen de la Paz fueron levantados dentro de la casa hermandad y mecidos bajo los vivas y gritos de los portadores y del público congregado alrededor de la sede. La agrupación musical de Dulce Nombre de Granada tenía previsto tocar algunas marchas pero la intensa lluvia lo impidió. La Virgen de la Paz estaba vestida con mucho gusto. Su vestidor, Javier Nieto, la atavió exquisitamente. La Dolorosa lució un tocado de tabla, un puñal dorado y la toca de sobremanto dorada que pertenece a la Virgen del Gran Poder y que bordó Joaquín Salcedo. Además llevó un sol de coral y que luce la Virgen del Carmen. Estos préstamos tiene su motivo en que este año se cumple el 40 aniversario de la primera salida de la Virgen de la Paz, que fue bendecida en la iglesia del Carmen. Tanto la Virgen del Carmen como la del Gran Poder fueron testigos de dicha bendición. En cuanto al exorno floral, el trono de la Virgen llevó rosas, minicalas y unas margaritas botón y presentaba a los pies las velas rizadas que ya llevó el año pasado.

Por su parte, el Señor de la Sagrada Cena estrenaba túnica en tisú de oro y mantolín bordado en tisú rojo. Además, el mantel de la mesa también era nuevo y presentó bordados en su parte delantera. Algunos apóstoles llevaban piezas bordadas. El antiguo mantolín del Cristo lo llevaba San Juan Evangelista. Llamaba la atención Judas, que si bien es el traidor, llevaba la cabeza cubierta por una capucha y presentaba la disposición de las manos cerca de la barbilla.

Sobre las 19:30, las puertas de la casa hermandad se abrieron de par en par para que todos los congregados pudieran ver de cerca a los titulares entronizados.

Sólo el via crucis

Minutos antes de las cinco de tarde, las inmediaciones de la calle Carretería se tornaban de color vino y negro. Nazarenos, portadores, monaguillos, todos surcaban la arteria ultimando detalles entre la iglesia de la Catalinas hasta su casa hermandad en la plaza de los Viñeros.

A las cinco en punto, la junta de gobierno se reunía para decir cuál iba a ser la actuación de la hermandad sacramental de Viñeros en la tarde del Jueves Santo. "¡Qué digan que sí, qué digan que sí!", decía un portador a otro. "¡Si no está lloviendo, por Dios!", continuaba su letanía.

En ese mismo momento llegaba por calle Biedmas la banda de la Expiración. La formación tenía que acompañar a la Virgen de l Traspaso y Soledad e iba formándose como si todo fuera a suceder con normalidad. Las puertas de la casa hermandad se cerraron herméticamente mientras la junta de gobierno se reunía. Las predicciones meteorológicas señalaban que precisamente esa hora era la más crítica. Y no se equivocaron. Un aguacero caía y la decisión de la cofradía cayó por su propio peso; Viñeros se quedaba en casa.

Al igual que ocurriera en 2008, la hermandad de Viñeros no sacrificó su estación en la Catedral a pesar de la lluvia. Esta cofradía fue la primera que obtuvo el privilegio de entrar al primer templo de la diócesis en su recorrido procesional. A las 21:00, una comitiva de la hermandad se desplazó hasta la Catedral para realizar un Vía Crucis ante el monumento del Santísimo. A este acto también se unieron músicos de la agrupación musical San Lorenzo Mártir.

Decisión unánime

Todo seguía según la lógica. La hora de tomar la decisión llegó a los aledaños de la iglesia del Carmen. La junta de gobierno de la Cofradía de la Misericordia decidió por unanimidad suspender la procesión. "Todo el mundo ha votado no y es la voz de la junta de gobierno la voz de la cofradía", declaró el hermano mayor de la corporación, Rafael Terol. "Peor que yo no se va a sentir nadie. El año que viene saldremos ya desde nuestra nueva casa hermandad", agregó.

Los titulares quedaron expuestos en sus tronos donde la gente pudo contemplarlos. Una oración y unas palabras de Terol oficiaron el acto de la exposición de los titulares. El Nazareno de la Misericordia y la Virgen del Gran Poder estaban radiantes, muy bien ataviados. El Chiquito volvió a congregar a miles de fieles a las puertas de la casa hermandad. Se trata de una imagen muy venerada en Málaga. Una bolsa de agua se formó en la Plaza de Toros Vieja lo que hizo intervenir a los Bomberos para achicar el agua.

Zamarrilla

En calle Mármoles reinaba la incertidumbre. La hora de salida de la hermandad de Zamarrilla, las 19:30, jugaba a su favor. A esa hora se esperaba que las predicciones cambiaran y se redujera el riesgo.

A las siete de la tarde, la junta rectora de la cofradía se reunían en los despachos de la casa hermandad para tomar una decisión. A esta cita también se habían convocado a algunos portadores para consultar su postura ante la situación adversa. En ese momento, la climatología parecía que daba una tregua y los cielos se abrían. En el salón de tronos, con las puertas abiertas, se podían ver a los titulares posicionados para su salida. Pero no fue suficiente.

Minutos más tarde, el presidente de la gestora, Juan García Alarcón, se asomaba al balcón de la cofradía y transmitir la decisión tomada. "Con dolor y lágrimas en el corazón", la hermandad había decidido suspender su salida procesional. Según informaron desde la hermandad, el mayor riesgo de lluvia se preveía para las 23:30.

Momento en el que la cofradía se encontraría en la calle Larios y lugar donde el recorrido sería irreversible en caso de que les sorprendiera el agua.

Esta resolución implicó que el Cristo de los Milagros y la Virgen de la Amargura no podrían recorrer las calles. Algo que lamentaron su hermanos con lágrimas en los ojos ante una casa hermandad que se quedaba abierta para recibir la visita de cofrades y fieles. También lo lamentó la periodista Susanna Griso que también se personó en la sede de la corporación, ya que su marido y sus hijos salen de portador y nazarenos respectivamente.

Ante la situación, la banda de la brigada de guerra Caballería Castillejos formada frente al salón de tronos, y bajo una lluvia intensa, comenzó un improvisado concierto de marchas. En el cual también formó parte la banda de cornetas y tambores Jesús Cautivo.

Reina de Málaga

La Archicofradía del Paso y de la Esperanza también dijo no. La junta de gobierno extraordinaria se decantó por no salir. Algo obvio vista las previsiones, aunque no se esperaban lluvias importantes pero el riesgo persistía toda la madrugada. La junta de gobierno, por unanimidad decidió por unanimidad y en base a la información meteorológica recibida con fundado riesgo de precipitaciones, suspender la procesión de este año. Así lo indicó a través de un correo electrónico que llegaron a las redacciones.

A las 23:25 se abrieron las puertas del salón de tronos para poder rezar a los sagrados titulares, el Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso y la Virgen de la Esperanza. El espacio permaneció abierto hasta las 5:00. La Reina de Málaga lucía esplendorosa. Este año, el imaginero Luis Álvarez Duarte realizó un juego de manos nuevas.

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