David anaya. florista y vestidor de vírgenes

"La víspera del Domingo de Ramos en casa se vive como si fuera la noche de Reyes"

  • Es pollinico desde los 14 años, cuando entró por primera vez en la iglesia para tocar el órgano, y viste a la Virgen del Amparo desde los 18 También a la Virgen de la Caridad

Cuando la Virgen llega el domingo a la casa hermandad y las camareras le quitan el rostrillo, le peinan el cabello y le ponen las enaguas, entonces entra en faena. David Anaya es maestro de Educación Primaria pero lleva veinte años vistiendo a la Virgen del Amparo y otros cuatro a la Virgen de la Caridad. Es pollinico desde los 14 años.

-Debe ser toda una responsabilidad vestir a una Virgen pero al mismo tiempo un privilegio sentirla tan cerca.

-Sí, pero se corre el riesgo de verlo como algo cotidiano. Lo que para mí es algo normal, como tocarla o mover la imagen, en otros crea un clima de adoración que te recuerda lo que estás haciendo.

-Su dedicación fue temprana, lo que le habrá permitido conocer en profundidad las diferentes técnicas.

-Entré en la Pollinica con 14 años para tocar el órgano en la iglesia y a los 18 empecé a vestir a la Virgen del Amparo y a ponerle las flores al Cristo. Por entonces yo ya vestía al Dulce Nombre y han pasado 20 años. Desde hace cuatro también visto a la Virgen de la Caridad y le pongo las flores al trono. Pero la técnica te la da el propio conocimiento de la imagen. Después de tanto tiempo conoces la escultura al milímetro y actúas con una seguridad que no tenías al principio.

-Cada maestrillo tiene su librillo y a usted se le reconoce por un estilo innovador.

-Más que se ha innovado este domingo pasado en el traslado no creo. En más de 70 años es la primera vez que el Cristo ha salido vestido de hebreo, y te arriesgas a que guste o no. Llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo, además es la única iconografía que te permite cubrir la cabeza con el manto, aunque ése no era mi objetivo, pero el material que teníamos no permitía otra cosa. Siempre he tenido libertad para decidir cómo veo el trono, hace unos años pensaba que el color amarillo iba a ser rompedor y por eso aposté por él, aunque siempre se consensa. Este año he querido sacar al Cristo de claveles pero la junta no ha querido.

-¿Veremos alguna otra novedad este año?

-La novedad será el año que viene cuando se estrene el Cristo y el trono restaurado. Entonces se estrenará también indumentaria del grupo escultórico.

-Viste a una Virgen el Domingo de Ramos y a otra el Viernes Santo, ¿qué le pide cada una?

-La misma imagen te dice más o menos lo que necesita. La Virgen de la Caridad el Viernes Santo tiene su sello de seriedad y recogimiento, por lo que abandonas poner metros y metros de encaje, carece prácticamente de joyas y usas un tocado más sencillo; todo lo contrario al Domingo de Ramos. La Virgen del Amparo va con rizos, la cara muy enmarcada, mucho volanteo y el manto recogido a la cintura.

-¿Qué recuerdos guarda de la primera vez que vistió a María Santísima del Amparo?

-Estaba muy nervioso. Era una cofradía importante, yo era solo un muchachillo, novato, y con una responsabilidad muy grande. Pero desde el principio la traté siempre con mucho respeto, sin perder el norte, porque aunque todos sabemos que es una escultura de madera para mucha gente es algo más y el sentido religioso nunca hay que perderlo. Partiendo de ahí siempre con recogimiento y mucho mimo.

-¿Un vestidor de referencia?

-Yo he bebido de Pepe Rodríguez Gallego, el anterior vestidor del Amparo, y de José Manuel Molina Cobos.

-Además, acompaña a la Virgen durante el cortejo vestido de nazareno, ¿qué momento destacaría?

-Soy el último nazareno que va pegado a ella, y me encanta el encuentro desde que salimos del callejón del instituto Gaona hasta que nos incorporamos delante de la Virgen, que se queda esperando de frente.

-¿Una marcha?

-Reina de San Agustín, de Francisco Javier Moreno, porque se la encargué yo y se la regalé a la Virgen el día de mi boda.

-¿Qué señalaría como lo mejor y lo peor de la Semana Santa de nuestra ciudad?

-Lo mejor son las sensaciones, que son las que la hacen distinta cada año, todo se repite pero a la vez es irrepetible. Lo peor es que se ha perdido esencia religiosa, es todo un teatrillo. Aquí el Jueves Santo lo importante es ver la Legión en lugar del Cristo. De otras ciudades destacaría el ambiente, el respeto, la compostura, el guardar silencio para escuchar una marcha.

-La Pollinica es la cofradía que abre la Semana Santa siendo la cofradía de los niños por excelencia. Como maestro, ¿cómo se entiende esta tradición dentro del aula?

-La mayoría de mis alumnos son musulmanes, pero desde el año pasado organizamos una excursión para ver tronos por el Centro. Estamos en Andalucía y esto es cultura de nuestra tierra, las tradiciones no se pueden perder, seas o no creyente. En el ámbito familiar mis hijos lo han mamado desde pequeñitos, desde el día en que han nacido son pollinicos. La víspera del Domingo de Ramos en mi casa se vive como si fuera la noche de Reyes: con ese mismo nerviosismo, los zapatitos y las túnicas preparadas, hay que acostarse pronto y madrugar.

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