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Bastaba con entretener a Daniel

  • Con Cigarini y Kanoute logró Álvarez arropar a Perotti y sacar al brasileño del área, donde había abortado varios remates claros

Cambiar en un momento el signo de un partido es lo que el Sevilla hizo. Frente a una afición que languidecía y que hasta pitaba a su equipo ante la desidia que había exhibido hasta entonces, dos cambios, los de Cigarini y Kanoute, unieron el bloque y eliminaron al mejor defensa central del Barça, que no era ni Milito ni el chaval Sergi, sino Daniel. Bastaba con tenerlo entretenido.

Defensa

No es el fuerte desde luego en el Sevilla de Álvarez. Defiende muy atrás por orden del marchenero y eso crea muchos problemas. Más si encima la elección de las piezas coloca a Fazio como central. Buscó el técnico equilibrar con una pizca de altura más a Ibrahimovic, pero si ganó unos centímetros, perdió unos segundos preciosos en cuanto a movimientos de reacción. Y claro, tras dos avisos del argentino que no pasaron desapercibidos en la grada, apareció el gol del sueco, que aprovechó el despiste de turno del espigado zaguero. Pero no era sólo la empanada de Fazio, al que por cierto tampoco le ayudaba Konko. Era que el Sevilla defendía muy atrás y el Barcelona se encontraba con suma facilidad en las inmediaciones del área local.

Luego la cosa mejoró. Las piernas de los azulgrana también empezaron a quejarse y el Sevilla armó mejor su equipo, juntando más las líneas con las entradas de Cigarini y, sobre todo, Kanoute.

Ataque

Había buenas intenciones en la primera mitad, pero poca efectividad. Mucho gasoil y poca gasolina, amén de que al Sevilla le costó un mundo entender que debía buscar al mejor hombre de la pretemporada, Perotti. Daniel estaba muy cómodo ante el argentino porque éste no tenía ayudas y el sensacional lateral brasileño tenía tiempo de estorbar en el área chica cada remate de sus ex compañeros, ya fueran Luis Fabiano o Renato. Hasta en tres ocasiones llegó para sacarle las castañas del fuego a Sergi y a Milito. Pero hasta que saltaron al campo Cigarini y luego Kanoute y a poco que éstos unieron al equipo por el centro a Daniel le faltaban piernas para llegar a todos sitios. Perotti encontró los apoyos y ese tener entrenenido a Daniel permitió que los remates fueran francos. El cabezazo de Kanoute, sin oposición, y los otros dos goles, prácticamente igual.

virtudes

La reacción y la metamorfosis. Fe inculcada por el de casi siempre, Kanoute.

talón de aquiles

Defender tan atrás es una rémora y Fazio, elegido por Squillaci, no ayuda precisamente.

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