Las presiones en torno a Jesús Navas sobre la necesidad de que admita acudir a la selección absoluta se multiplicaron con la exhibición que dio ante el Real Madrid. Todo lo que acontece alrededor del equipo de Chamartín cobra una trascendencia tremenda y ayer, en los diferentes medios de comunicación capitalinos, había un clamor casi unánime sobre el papel estelar del jugador. Casi de clamor se podría tildar lo dicho y escrito sobre el extremo diestro de Los Palacios, que está en un momento óptimo después de un arranque de curso dubitativo y condicionado por la lesión que tuvo en la pretemporada.

El balón continúa en el tejado de Jesús Navas y en la Federación Española están expectantes hacia el momento en que dé el definitivo paso para hacerse con un puesto en el combinado nacional, que carece de un futbolistas de sus características. Desde el entorno del jugador se pide calma y se recuerda que todo depende de él, quien no termina de soltar amarras camino de la internacionalidad, por mucho que cada vez que le pongan un micrófono por delante diga que "el Mundial es lo máximo para cualquier jugador". Vicente del Bosque no le pierde la pista e incluso su director deportivo, Fernando Hierro, podría apremiar a sus representantes concertando una reunión para acelerar los pasos del futbolista.

En el Sevilla se mantienen al margen de esta situación, sabiendo que tiene que ser Jesús Navas quien eleve su voz para dar el sí. Aun así, ayer, su descubridor realizó un encendido llamamiento para que se decida de una vez. El coordinador de la cantera del Sevilla, Pablo Blanco, no se cortó en Canal Sur Radio: "Él tiene que proceder ya de otra forma. Jesús tiene que estar en la selección porque es un jugador determinante, es muy rápido, tiene desborde y es muy solidario en el juego colectivo. Está perdiendo el tiempo y él mismo es quien lo tiene que reflexionar, pues hace dos o tres años que debería haber entrado en la selección. Va a romper todos los récords del Sevilla y ya tiene que estar en el escaparate bueno, en el de la calle Sierpes, y no esconderse, porque esto es muy corto". Blanco, perfecto conocedor de su situación, dio una vuelta de tuerca a este asunto. Sabe que es él y solamente él quien tiene la última palabra y su consejo no pudo ser más claro.