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Electricidad pero sin pegada

  • Tanto Rubén Castro como Reyes brillaron más lejos del área que dentro de la misma · El canario provocó la falta del gol bético y el utrerano inició el empate

No presentan características idénticas, pero Rubén Castro y Reyes sí desempeñan una función similar en los esquemas de sus entrenadores y la presencia de ambos en el derbi siempre fue sinónimo de peligro. El utrerano, mientras contó con aire, canalizó el juego de ataque sevillista. Apareció Reyes con ganas de derbi, más de ocho años después de su último duelo de máxima rivalidad, aunque en este caso fuera en el Sánchez-Pizjuán, cuando incluso abrió el marcador en un duelo que acabó con empate a dos. El utrerano se aprovechó de la libertad con la que Marcelino lo dotó en su dibujo táctico para moverse por todo el frente de ataque, lo que le otorga el factor sorpresa. Rubén Castro, por su parte, fijó su posición metros más arriba que su rival, con esa tendencia suya de pisar área, pero también acabó siendo clave del engranaje ofensivo de Mel. Y cuando ambos entraron en contacto con la pelota, sus equipos lo agradecieron.

Reyes casi monopolizó el primer tiempo. Pases de tacón, arrancadas por velocidad o movimiento entre líneas, pero siempre para liderar el ataque sevillista. En una acción suya se originó el tanto del empate, cuando habilitó a Jesús Navas para que éste pusiera el balón en la cabeza de Negredo. El canario, más intermitente durante los primeros 45 minutos, también aparece en la foto del gol verdiblanco. Y es que la falta que origina el disparo de Beñat se la fabrica ante Fazio, pese a que el control no había sido del todo correcto. Incluso Rubén, con esa capacidad suya de buscarse los espacios, manejó más de un duelo con la zaga rival, reclamando un penalti tras un recorte sobre Luna, aunque el contacto del sevillista pareció demasiado débil como para derribarlo.

Pero si Reyes quiso los focos para sí en el primer tiempo, Rubén Castro se los ganó casi nada más arrancar la reanudación. Primero, en un contragolpe lanzado por Jefferson Montero que acabó en un disparo con la zurda del canario que se encontró con la respuesta del pie izquierdo de Javi Varas; luego, en una acción donde le ganó la partida a Spahic, el canario buscó la llegada de Santa Cruz, pero el pie de Fazio evitó la posibilidad de remate. Con el paso de los minutos, Reyes fue perdiendo peso en el partido, aunque sólo sus arrancadas, apoyadas por Jesús Navas, permitieron que el Sevilla tomase ese aire que el utrerano fue perdiendo. Con Rubén sucedió algo parecido y ni las entradas de Salva Sevilla o Jorge Molina le permitieron disponer de alguna ocasión ante la portería de Varas.

Como el resultado final, el duelo entre Rubén y Reyes acabó en tablas. La electricidad que ambos exhibieron para iniciar el juego de ataque se desactivó nada más pisar área, aunque el canario sí dispusiera de alguna ocasión de gol más que el utrerano. Sus cualidades, parecidas, no son idénticas y mientras Reyes posee un perfil más de asistente, Rubén sí tiene la portería como objetivo final. Aunque ayer ambos carecieran de pegada.

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