Los equipos competitivos de verdad, los llamados a litigar por las más altas empresas, son los que juegan con una velocidad más... y son capaces de sostenerla, más o menos, durante los 90 minutos del partido. El Sevilla de Daniel, Poulsen y Puerta lo hacía, martilleaba y solía salir victorioso. Esta versión sevillista también demuestra que es capaz de jugar a un ritmo altísimo y no decaer. Si además el rival no tiene celo en mantener las líneas juntas y va concediendo más y más metros entre sus líneas, era casi inevitable que Nervión estallara de alegría: Jesús Navas, Adriano o Zokora tienen mucho carrete, y con espacios y la pausa que procura Renato, el control estuvo asegurado. Frenesí colectivo, calidad individual y alguien que pone el freno y lo encauza todo, Renato. En definitiva, plena competitividad. El Sevilla levanta la mano y quiere discutir la bipolaridad de esta Liga.

Defensa

El Madrid apenas busca las penetraciones por fuera y los centros al área. Casi todos sus ataques se canalizan por dentro, incluso cuando suben Sergio Ramos o Marcelo. Kaká, Guti y Xabi Alonso agudizan esa querencia por el juego interior, en combinaciones. Jiménez lo tenía claro y dispuso una defensa rápida, apta sobre todo para la anticipación. Por eso entró Dragutinovic en lugar de Escudé para el perfil de central zurdo. Y cuando Squillaci se lesionó, no entró Lolo. Lo hizo Fernando Navarro para desplazar a Adriano al lateral derecho y a Konko al corazón de la defensa. Jiménez lo fió todo a la rapidez de los zagueros para meter la pierna antes de que Raúl o Benzema recibieran, antes de que Kaká o Guti inventara una pared mágica o un pase a la espalda.

A Jiménez le resultó su audaz apuesta, aunque el riesgo que tenía (menos capacidad de respuesta por alto) se reflejó en el gol de Pepe.

ataque

Fundamental para el salto cualitativo en el ataque de este Sevilla es que los laterales suban y creen situaciones de dos contra uno. Konko y Adriano lo suelen hacer esta temporada, con lo que Jesús Navas y Perotti lo tienen más fácil para desbordar y hacer daño por fuera. Lo hicieron, y mucho. Cuando se lesionó Squillaci, Adriano mantuvo su fútbol incisivo por la derecha y Fernando Navarro fue una agradable sorpresa por la izquierda.

Arriba, Negredo abrió caminos con sus movimientos y su calidad a la hora de prolongar los ataques. Y Renato decidió de nuevo.

virtudes

Esa intensidad bien encauzada está al alcance de pocos equipos.

talón de aquiles

Se echó en falta alguien que ejerciera de sostén por delante de la zaga, por ese pasillo central que tanto busca el Real Madrid.