Los colores tiran. Antoñito no esconde que el de mañana será un partido especial para él. Ya ha cambiado el chip, porque cumple con ésta su tercera temporada en el Xerez y ya hace tiempo que abandonó Nervión, primero para viajar a Santander, a Murcia y luego a Chapín, pero sigue sintiéndose sevillista. Recuerda que vivió los mejores momentos de su carrera en Nervión, donde nació para el fútbol, y confiesa también que le hubiera encantado haber tenido la oportunidad de participar en los logros de este Sevilla. Igual que Jiménez fue su descubridor, Caparrós lo pulió y Juande poco menos que lo invitó a marcharse.

"Será un partido especial y lo espero con muchísima ilusión. Soy sevillista desde chiquitito y todo lo que supone recordar eso es muy bonito. Ahora me debo al Xerez y estoy muy contento, aunque al Sevilla está claro que lo llevo en el corazón". El deseo de Antoñito es que el Sevilla gane la Liga o consiga un gran éxito, pero que el Xerez se lleve los puntos mañana "porque nos hacen falta". No obstante, reconoce que han cambiado muchas cosas desde que salió del club. "Se han conseguido cosas muy importantes, han llegado grandes jugadores y se ha hecho fuerte entre los poderosos", advierte mientras reconoce que le hubiese gustado quedarse y jugar en ese gran equipo que han formado Monchi y Del Nido. "Envidia sana sí que se tiene. Vivir lo que han vivido los futbolistas del Sevilla le hubiera gustado a cualquiera y a mí también, para qué voy a negarlo".

No duda el del Polígono de San Pablo que el equipo de Jiménez es una "alternativa real" al Barcelona y al Real Madrid por delante de Valencia, Villarreal o Atlético, aunque también piensa que en la Champions es capaz de dar algún susto. En este sentido, no duda que en cualquier momento puede plantarse en una semifinal o en una final de la máxima competición. "Ojalá. Si pudiera y no tuviera competición yo no faltaría. Dependerá un poco de los cruces porque en Europa hay equipos que tienen experiencia y que conocen esa fase, Chelsea, Inter...".

Habla de sus ex compañeros y no puede faltar el nombre de Jesús Navas, el momento de forma que tiene y la posibilidad que tiene de ir a la selección si se le quitaran sus temores. "Ya sabemos cómo es él. Debutó con nosotros y ahora es el más regular de la plantilla. Se puede llevar jugando cuatro partidos seguidos y no se cansa", bromea y reconoce que la selección es su asignatura pendiente. "En una convocatoria de 20 ó 23 futbolistas tiene que estar. España es campeona de Europa, pero le daría mucho y sería un recurso más. Yo creo que le daría ese puntito más de desborde y velocidad por la banda... Lo que pasa es que hay que respetarlo. Él es el que tiene que decidir, pero pienso que podrá verse a un Navas mucho más completo en el momento que superara su problema".

Antoñito sólo tiene palabras de elogio para Jiménez. No olvida que, siendo él entrenador del filial, en Tercera, en su primer año, dio el paso para rescatarlo de las filas del Marchena. "Fue él el que me sacó de jugar en Regional y fue una pieza muy importante en mi carrera, decisiva. Él me conocía de jugar contra el Arahal, había jugado también con la selección andaluza sub 23 una final de una Copa de España y me llamaron. Fue una alegría", rememora. Ahora, no le extraña de que le vayan tan bien las cosas en el primer equipo del Sevilla, aunque tenga que sufrir las consecuencias de ser un hombre de la casa. Las críticas nunca le van a abandonar y al más mínimo fallo... "Pero eso siempre pasa en Sevilla. Poco a poco ha ido engrandeciéndose como entrenador y está haciendo las cosas muy bien. Con los resultados no se le puede achacar nada y ya ha conseguido hasta que el equipo juegue bien".

De Juande no guarda el mismo recuerdo. A su llegada decidió cambiar de rumbo, pero no hace ninguna crítica. "Fue una decisión mía. El presidente habló conmigo y me dijo lo que había, que iba a tener a otros delanteros por delante, pero fue una elección mía. Creía que en ese momento iba a tener más minutos en el Racing".

El sevillano, quien dejó un gran recuerdo en la afición, no tiene dudas de que "en Chapín habrá un gran ambiente". Ha recibido un aluvión de peticiones de entrada.