Competir, competir y competir. En tres frentes, la Liga, la Copa y la Champions. Eso es lo que quiere Manuel Jiménez y así lo aseguró ayer cuando se le preguntó si era demasiado complicado que su Sevilla jugara divirtiendo al público. Su respuesta dejó entrever la enorme presión que está obligado a sufrir como entrenador de este equipo. Y también dejó claro que él no está para divertir: "Va a ser difícil divertir, yo juego finales todos los días y mi intención es competir en los tres frentes. Jugamos con la obligación de tener que ganar siempre, sin ser un grande como el Barcelona y el Madrid, y ahí estamos, en las tres competiciones".

Jiménez se felicitó por la mejoría en el control del partido y garantizó que el equipo irá a más: "Tenemos muchísimo que mejorar para alcanzar un mejor nivel, pero hemos ganado a un equipo que siempre crea muchos problemas en el Sánchez-Pizjuán. Hemos hecho un primer tiempo muy intenso y con llegadas y un segundo tiempo de más control en el que sus aproximaciones sólo fueron en córners y faltas laterales, y hoy hemos tenido mucha posesión en campo contrario, que es bueno. Estoy convencido de que con el trabajo diario el equipo seguirá dando mejor nota". Y también destacó la mejoría defensiva: "Hemos tenido mucha intensidad defensiva, eso que tanto añorábamos, hemos jugado mucho tiempo en campo de Osasuna, pero hay que seguir creciendo en posesión y manejo de balón para ser un equipo que consiga crear más ocasiones de gol", dijo haciendo autocrítica.

El arahalense apostó por la tercera plaza y dijo que hablar de ganar la Liga fue una "presión perniciosa": "A estas alturas el Sevilla que quedó tercero tenía un punto menos y había sido eliminado de Europa". Y se felicitó por la vuelta de Fazio: "Vamos a seguir recuperando jugadores. No me sorprende su partido, yo he insistido mucho para que fuera un jugador importante del Sevilla por sus condiciones".