rayo vallecano - sevilla · MARCAJE AL HOMBRE

Protagonista, para bien y para mal

  • Reyes mostró la variedad de argumentos ofensivos que Marcelino reclamaba, pero le faltó asociarse con los suyos · Hizo la falta que dio lugar al 1-0, perdió la pelota en el 2-0 y de sus botas nació el gol sevillista.

Ocho años después volvía a ponerse Reyes la camiseta del Sevilla, negra en esta ocasión, porque ocho años después el marketing tiene una presencia en el club mucho más elevada. Marcelino podía alinear por fin a un segundo punta con movilidad, un tipo de futbolista que venía reclamando desde el verano porque no existía en la plantilla, al menos en la primera, ya que en el filial sí había jugadores de estas características.

Pero el estreno liguero de 2012 iba a situar a Reyes por detrás de Álvaro Negredo sobre el césped escarchado de Vallecas. No tardó el utrerano en demostrar que sus características son imprescindibles en el ideario de Marcelino de jugar con dos medios centro y dos puntas. En el primer minuto realizó un disparo desde el borde del área tras un córner de los sevillistas, para, con una carrera de 50 metros, recuperar la pelota y cortar la salida del Rayo.

El tiempo no parece haber pasado por el utrerano. Su juego, su velocidad y su verticalidad siguen siendo las mismas. El que no era el mismo ayer era el propio Sevilla, que al haber jugado toda la temporada sin un futbolista que presionase la salida del balón del equipo contrario aún no tiene asumidos los automatismos que este juego requiere. Algo lógico, pues Reyes se entrenó por primera vez el día 6, al igual que es lógico que el utrerano aún no se sienta del todo a gusto con sus compañeros, como se le notó a la hora de intentar asociarse a Perotti o Negredo.

El mayor peligro de la primera mitad nació de sus botas. Cada vez que Reyes controlaba la pelota era pitado por la grada de Vallecas, sabedora quizás de la extramotivación del canterano sevillista por su regreso a su casa. En el minuto 24 pudo haber adelantado al Sevilla, tras una contra que inició abriendo a la banda a Luna, pero el pase del de Paradas tocó en un defensa, haciendo que Reyes no pudiera empujar la pelota en el área pequeña. Diez minutos después, un eslalon repleto de plasticidad fue culminado con un pase en profundidad que Negredo no supo leer y que, de haberlo hecho, se hubiera quedado solo. Los dichosos automatismos.

La primera mitad concluyó de la peor forma para el Sevilla, ya que el Rayo se adelantó en el marcador con un balón colgado tras una falta inexistente, que, para colmo, fue señalada a Reyes.

Salió desconectado el Sevilla en la segunda mitad, al igual que Reyes, cuya pérdida en el centro del campo fue el primero de la cadena de errores que generaron el segundo gol rayista. Fue el momento en el que el utrerano sacó la casta, estando muy vivo en el gol de Escudé, dejando a Perotti solo con un taconazo y encontrando por fin a un socio en la figura de Rakitic cuando la entrada de Kanoute mandó al utrerano a la banda izquierda.

La gasolina le duró hasta el minuto 76 y, con su salida, la chispa del Sevilla se diluyó.

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