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Razones de peso para la prudencia

  • Las renovaciones de Jesús Navas y Escudé y la previa de la Champions invitan a la calma en la inversión en el refuerzo

En verano es lógico que el aficionado de a pie, tan poco amigo de la austeridad económica, se inquiete sobre cuál será el siguiente fichaje, el próximo nombre con que saciar su hambre de ilusión. Por ello, gran parte del sevillismo está expectante sobre quién será el elegido para reforzar la parcela del mediocampo. Mientras prosigue el culebrón sobre Cigarini, con diarios apuntes sobre el tira y afloja que mantienen Sevilla y Nápoles, lo cierto es que el club de Nervión no quiere precipitarse en una gran inversión, de momento. El italiano sigue siendo una opción y este fin de semana ha habido contactos en Bérgamo sobre su situación. Pero la cúpula nervionense, ayudada por la serenidad que transmite Antonio Álvarez, tiene razones de peso para llevar con calma el asunto del refuerzo que termine de perfilar la plantilla.

En primer lugar, cabe recordar que el comité ejecutivo del club tiene la prioridad de mantener a las principales figuras de la plantilla. Y eso cuesta dinero. El Sevilla cuenta con futbolistas de mucho peso específico a los que ya ha renovado, como Renato y Palop. Y ahora debe abordar las ampliaciones de dos pilares fundamentales del equipo: Jesús Navas y Escudé. Lo de Luis Fabiano, tras unos primeros contactos que pusieron en evidencia la distancia entre las partes, parece aparcado de momento.

Hoy regresa el campeón del mundo después de sus vacaciones y en breve se retomarán las conversaciones para la ampliación de su contrato, en una negociación que, dado el enorme crecimiento del futbolista, no ha de ser sencilla. Entre otras cosas porque ya tiene una cláusula de rescisión de 60 millones de euros, muy elevada para cómo está el mercado desde el punto de vista del entorno del palaciego, que busca equiparar su nómina a la de las grandes estrellas del equipo.

Además, un internacional como Escudé, que podría regresar a la selección gala de la mano de Laurent Blanc en breve, también requiere un importante esfuerzo económico para que, a punto de cumplir 31 años, firme el que podría ser el último gran contrato de su carrera.

Y en segundo lugar, no debe obviarse que el Sevilla está obligado a pasar el fielato de la previa de la Champions, cuyo sorteo se celebra el próximo viernes, con equipos de peso en el bombo. Nadie piensa en un tropiezo, pero los que llevan las cuentas prefieren pisar sobre seguro. Si hay un gran desembolso, éste se producirá una vez confirme el equipo su presencia en el gran torneo continental. Arriesgar antes es hasta imprudente, más aún teniendo en cuenta que difícilmente podría participar en esa ronda previa un jugador recién llegado.

Con José María del Nido disfrutando de unos días de asueto, Monchi sigue al mando de la planificación, en constante contacto con el presidente. El director deportivo, ha estado acompañando al equipo en Bérgamo, aunque viajó por su cuenta, y se ha visto con el representante de Cigarini para hacerle ver que el Sevilla sigue manteniendo en la recámara al medio italiano. El Nápoles también tiene que decir su palabra y no quiere desprenderse de un jugador que está gustando durante la pretemporada, por mucho que no sea del agrado del técnico, Walter Mazzarri. El club partenopeo negocia con el Udinese por Inler, que podría tener la llave de la cesión de Cigarini al Sevilla. En Italia aseguran que ha habido una nueva oferta desde Nervión, siempre sobre la fórmula de la cesión con opción de compra. Su situación podría desbloquearse en breve, pero los técnicos tendrían que convencerse de su idoneidad, porque no hay mucho más hueco para otro fichaje más atractivo.

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