Si no se cuenta la ausencia de Fazio, con una distensión de ligamentos en el tobillo, -y, por supuesto, a Sergio Sánchez y a Dragutinovic-, Antonio Álvarez dispuso, después de mucho tiempo, de toda su plantilla en el entrenamiento matinal de ayer, tras incorporarse después de haber estado con sus respectivas selecciones Jesús Navas, Diego Capel y Cigarini. Además, el técnico marchenero contó con la presencia de Zokora, que tenía permiso del club para arreglar unos trámites burocráticos en su país, y de Romaric, ya recuperado de un catarro que le privó estar con el equipo en el amistoso del miércoles en Conil.

No obstante, tanto el palaciego como el italiano se ausentaron del trabajo del grupo unos diez minutos para realizar las pruebas de fuerza abdominal, potencia del tren inferior y capacidad de reacción a las que sus compañeros habían sido sometidos durante la semana. Después ambos se retiraron al gimnasio, aunque Navas volvió a reaparecer sobre el césped para completar la sesión. Álvarez planteó un entrenamiento suave, una vez superado el duro día del miércoles en el que el equipo entrenó por la mañana, jugó por la tarde y llegó a Sevilla de madrugada. El balón fue el protagonista de la recuperación, ya que el técnico puso en práctica los clásicos rondos para trabajar el físico, para, posteriormente, dedicar media hora al fútbol-tenis. Negredo, al final, hasta demostró sus dotes como portero.