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Supercopa y Champions invitan a arrancar fuerte

  • La segunda jornada en La Manga confirma el intenso plan de trabajo impuesto por Emery.

Dos factores mueven al Sevilla a empezar la próxima temporada con un elevado estado físico: la Supercopa de Europa que se anuncia para el 11 de agosto en Tiflis ante el Barcelona y esa liguilla de la Liga de Campeones, que asegura al equipo de Unai Emery seis partidos de la máxima exigencia entre septiembre y diciembre.

A diferencia de otras temporadas, en las que el frente continental hasta Navidad era de una relativa dificultad al tratarse de la Europa League, competir en Champions obligará a los sevillistas a emplearse a fondo para intentar acabar entre los dos primeros en su grupo y, relevante capítulo también, sumar el mayor número de puntos posible en esta fase debido a la generosísima cantidad de euros que reportan en la máxima competición europea.

Ahora mismo, y en espera de si cae algún equipo con coeficiente mayor durante el camino previo, el Sevilla entraría en el tercer bombo del sorteo de la fase de grupos de la Champions, que se realizará en Mónaco el 27 de agosto. Y figurar en ese bombo eleva el riesgo de que los campeones de la Europa League figuren en un grupo de extrema dureza.

El Sevilla necesita arrancar con fuerza, aunque para ello luego describa una curva de rendimiento descendente. Y los primeros entrenamientos en La Manga bien que están reflejando esa conveniencia.

Las sesiones vienen marcadas por la elevada intensidad. Y con mucha presencia del balón, lo que siempre agradecen los jugadores. Ayer, trabajo de posesión de balón, presión, anticipación en la marca, precisión en el pase, en el que llama ya la atención las prestaciones de N'Zonzi. Después, momento para el trabajo físico con cuatro bloques de carreras, en un trabajo de umbral anaeróbico. Siguieron al margen del grupo, con buena evolución, los tocados Escudero, Rami y Kakuta.

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