Sevilla-sporting de braga · la previa

De una final a la finalísima

  • En el fútbol nadie gana por decreto ley, pero el Sevilla necesita sí o sí remontarle al Braga el gol de Matheus · Los hombres de Álvarez no se pueden parecer en nada a los de la Supercopa

Noche complicada para el Sevilla de la contemporaneidad. El conjunto entrenado por Antonio Álvarez se juega su entrada en la fase de grupos de la Liga de Campeones ante el Sporting de Braga y lo hace con la necesidad de remontar aquel gol más que dudoso conseguido por Matheu en tierras portuguesas. Hasta ahí todo podría ser más o menos normal, pero la situación que atraviesa el equipo nervionense tras la patética imagen que ofreciera el pasado sábado en la vuelta de la Supercopa ante el Barcelona provoca que los nervios ya hayan hecho su aparición en el famoso entorno.

Indudablemente, no es la mejor situación posible para Antonio Álvarez, sobre todo para Antonio Álvarez, y para los suyos. El fútbol tiene estas cosas y se pasa en muy poquito tiempo de héroe a villano, aunque en esta ocasión no sólo tengan que ver los resultados. Los números no mienten y se puede acudir a ellos para explicar algunas cosas. Hace sólo cuatro partidos oficiales el Sevilla conquistaba la Copa del Rey en Barcelona contra el Atlético de Madrid y su entrenador poco más o menos que recibía parabienes de todas las partes por su modélico planteamiento. Con el verano y la pretemporada por medio, el siguiente encuentro oficial fue la ida de la Supercopa en Nervión y aquella noche contra el Barcelona los blancos ofrecían dos caras bien distintas, pues en el primer periodo provocaron la desilusión de todos los suyos y en el segundo sufrieron una metamorfosis positiva que condujo a que se pensara de nuevo en las cotas deportivas que se marcan desde la dirigencia. Hasta ahí todo bien, pues, pero desde entonces, y sólo han pasado nueve días, llegaron los partidos en Braga y la vuelta en el Camp Nou para que el panorama se haya ennegrecido de una forma harto preocupante.

No se trata tanto de perder, que hasta puede ser aceptado, lo peor fue el cómo. Yendo paso a paso, el Sevilla debió haber aprovechado su dominio de la primera mitad en el estadio AXA para haber cobrado ventaja en el marcador en esta eliminatoria, pero no lo hizo y ahora le tocará remontar con las dificultades que eso conlleva. Y lo peor llegaría después con ese pobrísimo nivel que mostraron los nervionenses en su visita al Barça cuando tenían un título oficial al alcance de la mano. No hay un solo seguidor blanquirrojo, y los primeros hinchas al fin y al cabo serían José María del Nido y Monchi, que no se haya quedado muy preocupado con esa imagen.

En teoría, siempre en la teoría, tampoco habría que adoptar posturas tan radicales y sí apostar a que entre el blanco y el negro existe una amplia gama de grises. Para ello, sin embargo, existe un problema y es que esto no para, que esta noche está programado en la avenida Sevilla Fútbol Club sin número un partido que puede ser decisivo para el futuro inmediato de la entidad. Están en juego dos cosas. La primera es el prestigio de repetir en la Liga de Campeones por segundo año consecutivo y hacer factible de esa manera ese sueño que propala Del Nido de participar cuatro temporadas consecutivas en la máxima competición continental para consolidarse en ésta. Esta última cuestión tiene muchísimo que ver con lo segundo que está en juego, que es el apartado económico. El presidente sevillista no cesa de argumentar que esas cuatro campañas consecutivas en la Champions supondrían dar un salto importantísimo en el presupuesto, con lo que ello conlleva de potencial deportivo, y al mismo tiempo reconocía que estar en la fase de grupos supone en torno al 20 por ciento del presupuesto.

Si con tantos y tan contundentes argumentos alguien sigue dudando sobre lo muchísimo que pone en juego el Sevilla esta noche, seguramente vivirá en una burbuja o algo así. Los blancos están obligados a remontar ese 1-0 de Braga, aunque mal harían si cayeran presa de la ansiedad. El partido tiene 90 minutos de duración, o 120 quién sabe, y en ese intervalo da para que sucedan muchas cosas.

La primera será valorar al Braga como es debido, saber que el cuadro portugués es un rival que explota muy bien sus cualidades, que juega de manera ordenada e intenta tapar de esta forma sus carencias, que las tiene como todos los equipos. Por ejemplo, en la ida ya mostró la debilidad que se le presuponía en los costados a la hora de defender y ése debe ser uno de los principales puntos a explotar por Jesús Navas y Perotti.

Afortunadamente para el Sevilla, Palop y Luis Fabiano le dieron una alegría a Álvarez, y a todos los sevillistas por extensión, cuando le comunicaron que estaban en condiciones para ser incluidos en la lista. Estarán todos los pesos pesados en la alineación, por tanto, y el Sevilla tiene algún factor externo más a su favor, como el calor, que no tiene nada que ver con la bonanza del tiempo en Braga. Todo debe ser metido en la coctelera para que el Sevilla saque adelante lo que ya en la ida se calificaba como una final como las otras y que ahora ha aumentado su consideración hasta convertirse en la finalísima.

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