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Un imprevisto sobreesfuerzo

  • La derrota en Ponferrada obligará a forzar jugadores en mitad de un apretado calendario y con medio Sevilla convaleciente aún · Jiménez mira a una enfermería que no se vacía nunca

El calendario de noviembre, con siete partidos entre Liga, Copa y UEFA, no le dejará respiro al Sevilla después de la derrota en Ponferrada. Más allá del daño hacia la imagen y la confianza del equipo del tropiezo copero, la evidente merma de la racha de lesiones se suma como un factor más dentro de este preñadísimo periodo de partidos. La fecha del 12 de noviembre, día en el que el Sevilla recibe a la Ponferradina, se presentaba como uno de los escasos flotadores dentro de ese mar de citas importantes hasta Navidad. Pero Manolo Jiménez se encuentra ahora con la papeleta de que no será un día para dar descanso a ninguno de los escasos efectivos de peso que está teniendo.

El susto del Denia está muy cercano y una eliminación ante un equipo de Segunda B a las primeras de cambio supondría un terremoto de imprevisibles consecuencias, por lo que el técnico sevillista deberá tirar de todo lo que tenga disponible para remontar el 1-0, con algunos jugadores saliendo de su proceso de recuperación. Es decir, con medio Sevilla convaleciente y sin respiro entre cita y cita.

El cuerpo técnico ya sabía lo que le quedaba por delante al equipo desde octubre hasta el parón navideño. El mes de noviembre se presenta apretado, con un solo respiro, el de la tercera jornada de la liguilla de la UEFA, en la que el Sevilla descansa, el 27 de noviembre.

El conjunto de Jiménez empieza el literario mes en el frío de Valladolid para viajar a Lieja entre semana -cita para que la que podrá llegar Diego Capel, uno de los jugadores que está en la fase final de la recuperación-. Sin solución de continuidad, recibirá al Recreativo previsiblemente el domingo 9 y el miércoles 12 debe solventar el compromiso copero. Para esa fecha jugadores como Kanoute, Dragutinovic o Mosquera ya deberían estar listos para jugar, aunque los dos últimos no acaban de resolver sus diferentes dolencias.

Sólo hay que mirar el parte médico que ofreció ayer el club para ver que la enfermería no deja de ser la mayor preocupación de Jiménez. Hasta diez nombres aparecían ayer en la nota oficial, en la que se destacaba la buena nueva de que Maresca, Duscher y Adriano están disponibles para viajar a Valladolid. En cambio, a Chevantón no le remiten sus molestias de rodilla y no se ejercitó, al igual que Dragutinovic y Mosquera. Acosta hizo ayer un intento nulo de incorporarse al grupo cuando parecía que la mejoría de su esguince de tobillo era patente. Y encima Konko y Crespo han ingresado en la nómina con molestias menores, que pueden afectar su concurso en Zorrilla.

Lo peor es que a finales de noviembre comienza el denominado Tourmalet liguero: Valencia, Barcelona, Real Madrid y Villarreal, además de Partizan y Sampdoria. Y para ese sprint de alto voltaje antes de Pascua, unos jugadores habrán acumulado excesivos minutos y otros acabarán de salir de sus dolencias. Por ello, la derrota en Ponferrada preocupa más por el sobreesfuerzo que significará buscar la remontada que por su daño intrínseco, que ya es grande.

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