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Una situación de hace ocho años

  • La última vez que el Sevilla tuvo una primera vuelta tan mala como la actual, el equipo acabó reaccionando de la mano de Joaquín Caparrós.

La situación clasificatoria del Sevilla es un regreso al pasado en toda regla, en lo que a puntos, puesto y distancia con los puestos europeos y de descenso se refiere.

Concretamente hay que remontarse a la época de Joaquín Caparrós y a las temporadas 2002-03 y 2003-04, aunque el presupuesto y las plantillas no son ni mucho menos comparables con la actual.

En la temporada 2002-03, segunda tras el último ascenso, el Sevilla coqueteó con los puestos de descenso algunas jornadas. Sin embargo, a estas alturas comenzaba un repunte que le hizo olvidarse del peligro. El Sevilla contaba en la jornada 21 con 26 puntos, estaba en el puesto 12º y la Liga Europa (entonces UEFA), se situaba a 7 puntos y la Liga de Campeones, objetivo utópico por aquel entonces, a 11. Al igual que actualmente, el Sevilla sólo había ganado seis partidos, aunque había encajado menos goles (16), pero también había marcado menos (17).

Sin embargo, el Sevilla despertó a tiempo, y la reacción fue tal que los hombres de Caparrós llegaron a la penúltima jornada con opciones de meterse en la UEFA, algo que se vio frustrado por la derrota 3-2 en su visita a un Málaga en el que destacó el que sería bandera del proyecto del club de Nervión al año siguiente, Darío Silva.

Al año siguiente, con una inversión en la que ya se apuntaba claramente a los puestos europeos, la situación era incluso peor que en la actualidad. En la jornada 21 el Sevilla sumaba 25 puntos y se situaba en el puesto 15º, a 5 puntos del descenso, 8 de Liga Europa y 10 de Liga de Campeones, sumando también sólo 6 victorias.

Pero de nuevo el equipo de Caparrós reaccionó, y ese despertar fue tal que trajo el premio del regreso de los sevillistas a Europa nueve años después.

El Sevilla sumó en las 17 jornadas restantes 30 puntos para acabar con un total de 55, alcanzando la cifra de 15 victorias y logrando la anhelada clasificación para Europa en la última jornada ante un enemigo íntimo como el Osasuna.

La conclusión es clara. Hay que remontarse ocho años en el tiempo para encontrar a un Sevilla tan débil, pero esa mirada atrás también tiene como resultado que la reacción es posible, como así se produjo en las temporadas 2002-03 y 2003-04, logrando el club sus respectivos objetivos, la permanencia y Europa.

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