Sociedad

Decenas de poblaciones siguen inundándose al sur de Pakistán

  • Al menos 90 aldeas situadas cerca del río Indo o de alguno de sus canales han quedado anegadas y las autoridades temen que se rompa la última presa que contiene su caudal

Al menos 90 aldeas del sur de Pakistán situadas cerca de los bancos del río Indo o de alguno de sus canales han quedado anegadas por las aguas en las últimas horas, según una fuente oficial. "Algunas poblaciones están inundándose en las provincias de Sindh y Baluchistán. Allí sigue la alerta", explicó un portavoz de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), Ahmad Kamal.

La fuente agregó que la situación es peligrosa ahora sobre todo en las partes más septentrionales de Sindh, pues hay un gran caudal de agua desplazándose hacia la presa de Kotri, la última gran protección antes de llegar al delta del Indo.

Las autoridades están evacuando a miles de personas a lugares más elevados y seguros. En el resto de Pakistán, tanto en el tercio norte como en el central, el nivel de las aguas está descendiendo desde hace días y se espera que lo siga haciendo, ya que los pronósticos no contemplan lluvias significativas en las áreas afectadas, sólo precipitaciones aisladas en otras partes del territorio.

Durante siglos adorado, temido y cuna de culturas, el río Indo, que ayer anegó casi un centenar de aldeas en el sur paquistaní, se ha convertido esta vez en una trampa, con un deteriorado e insuficiente sistema de presas y canales que no ha servido para detener los efectos de las inundaciones.

Los expertos atribuyen esta catástrofe, calificada como el mayor desastre natural de la historia de la república islámica, al violento monzón. No obstante, muchos también creen que las infraestructuras de protección eran insuficientes, como el primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, quien aseguró que de haber estado construido el embalse de Kalabagh, en la provincia de Punjab (este), las aguas no habrían devastado las llanuras de esta región hasta el sur.

El proyecto, impulsado por el régimen del ex jefe del Ejército Pervez Musharraf, fue guardado en un cajón por las fuertes discrepancias de todas las provincias paquistaníes, salvo Punjab, la más rica, poblada y de la que procede el grueso de la clase dirigente.

"Las decisiones en asuntos vitales de este tipo deberían relegarse a la sabiduría de los ingenieros", expuso recientemente en una tribuna del rotativo paquistaní Dawn el profesor de la Universidad Quaid-e-Azam Mushtaq Gaadi.

Gaadi sostuvo que "el control del caudal del río a través de estructuras es la mejor manera posible de evitar las inundaciones" y lamentó que haya "pruebas escandalosas" de que los sistemas existentes y la gestión de los mismos "han causado parcialmente y exacerbado el problema de la inundación".

"Obviamente, se han registrado unas lluvias sin precedentes, esto ha sido crucial, pero también hay un asunto de control, supervisión y mantenimiento de las infraestructuras", admitió ayer el jefe de la Comisión de Pakistán para las Aguas del Indo, Jamaat Alí Shah.

Shah mantuvo que hay un problema no abordado de habitabilidad en ciertas áreas de los bancos del río, de ahí parte de la magnitud de una catástrofe que "se hubiera podido paliar con dos o tres presas grandes más", y no sólo con la proyectada de Kalabagh.

Mientras, la comunidad internacional se vuelca en ayudar a Pakistán aunque, por el momento, a penas ha recibido algo más de la mitad de la cantidad prometida.

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