Sociedad

El 'Discovery' ya está en casa

  • Con el aterrizaje del trasbordador se completa una nueva misión, que ha durado dos semanas.

Tal y como había pronosticado la NASA, la pieza que ayer perdía el trasbordador espacial 'Discovery' no afectó en nada a su aterrizaje y, como estaba previsto, la nave tomó hoy tierra a las 17:15, hora española, en el Centro Espacial Kennedy de Florida. Con la llegada de la sonda y de sus siete tripulantes se ha completado la misión de quince días encargada a la nave: la instalación del laboratorio japonés 'Kibo' en la Estación Espacial Internacional (ISS).

El suave viento y los cielos despejados sobre Cabo Cañaveral permitieron que el final de la última misión del 'Discovery' fuera todo un éxito. La tripulación comenzó su duro descenso a través de la atmósfera de la Tierra cerca de una hora antes del aterrizaje. Su velocidad cuando inició el descenso superó los 27.360 kilómetros por hora, mucho más que la velocidad del sonido.

Con la llegada del 'Discovery' se da por concluida con éxito esta última misión, que ha dado Japón una presencia permanente en el espacio ya que en este 'viaje' la sonda tenía como objetivo la instalación del laboratorio japonés 'Kibo', de 11 metros de largo, a la Estación Espacial Internacional (ISS). Durante una rueda de prensa celebrada el pasado viernes, el director de vuelo de la NASA, Richard Jones, dijo que el viaje del 'Discovery' fue "una misión absolutamente fantástica".

Jones señaló también que la nave estaba en condiciones casi perfectas, a pesar de los rigores de su viaje a órbita, y destacó el trabajo del equipo de astronautas al resolver rápidamente un posible problema con los fragmentos que fueron vistos flotando fuera de la zona de carga. Los restos resultaron ser una pieza de de protección térmica de relativa poca importancia. "Hemos visto estas cosas antes y no es para nada una preocupación para el aterrizaje", declaraba el viernes el comandante del 'Discovery' Mark Kelly, durante la última entrevista en vuelo con la tripulación.

Además de sus siete 'pasajeros', el aterrizó regresó con el astronauta Garret Reisman, miembro de la tripulación de la ISS, que pasó tres meses en órbita. Reisman fue reemplazado por Greg Chamitoff de la NASA, quien comienza una misión de seis meses en la Estación Espacial. Reisman completó su odisea orbital con una muestra de la humildad e ingenio que caracterizaron su estancia en el espacio. Dijo a un periodista que esperaba regresar a casa, dormir en su cama y usar su baño, una referencia a los problemas que los astronautas padecen en la ingravidez del espacio.

Reisman, quien mide poco más de un metro y medio, bromeó respecto de que su estatura le ayudará a recuperarse más rápidamente de la microgravedad, que cambia los fluidos corporales y debilita a los huesos y músculos. "Mis órganos sensoriales están un poco más cerca de mi centro de gravedad y mi corazón tiene una distancia más corta a la que bombear hasta mi cerebro", señaló. "He estado esperando toda mi vida y creo que finalmente el ser así de pequeño me será útil por primera vez", agregó.

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