Sociedad

Investigadores del CSIC descubren en las moscas un mecanismo supresor de tumores

  • Las células normales identifican tumores y les inducen la aptosis o muerte celular. El hallazgo podrá contribuir al desarrollo de nuevos métodos de diagnóstico y tratamientos en humanos.

Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto en la mosca Drosophila un mecanismo que reconoce a las células tumorales y las elimina, lo que podrá contribuir a la búsqueda de nuevos métodos de diagnóstico y tratamiento en humanos, según los resultados de un estudio publicados en la revista Proceedings de la National Academy of Sciences (PNAS).

En concreto, el equipo dirigido por el investigador Ginés Morata ha estudiado en larvas de este insecto una serie de mutaciones genéticas que dan lugar a un crecimiento celular excesivo y, por tanto, a la formación de tumores capaces de proliferar indefinidamente.

De este modo, explica Morata, "las células normales son capaces de identificar a las tumorales como diferentes e inducir en ellas el fenómeno de apoptosis o muerte celular programada".

Para que un tumor pueda desarrollarse, los investigadores han comprobado que sus células han de evadir este mecanismo, algo que consiguen mediante la inhibición de un sistema de control que permite que proliferen más rápidamente que las células normales. Sin embargo, "aunque esta inhibición es necesaria, no es suficiente, ya que se requiere además que las células tumorales formen un microambiente que las proteja de la apoptosis inducida por las células normales", señala el científico del CSIC.

Los tumores estudiados en Drosophila muestran muchas de las propiedades de los que proliferan en humanos, como la colonización de tejidos o la alteración de la forma de la célula.

El problema es que, por el momento, no hay evidencias de que un fenómeno como el descrito en las moscas ocurra también en vertebrados o en humanos.  "Sin embargo, los genes involucrados en la formación de tumores son los mismos en las moscas y en humanos, por lo que es posible que el proceso esté conservado en todo el reino animal", concluye.

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